viernes, 28 de diciembre de 2012

JET SET


Dicen los que saben que la clave de un buen cóctel es acertar con la combinación perfecta de los distintos ingredientes que lo componen buscando el equilibrio de los distintos sabores, mezclarlos con el refresco adecuado y, por supuesto, no olvidarse de agitarlo energicamente antes de servirlo; pues bien, Jet Set, el nuevo combinado -decimocuarto ya- de Los Straitjackets es la prueba irrefutable que para estos enmascarados héroes del rock instrumental el arte de la coctelería dejó de tener secretos hace mucho tiempo. ¿La receta?. Tenemos, obviamente, surf ("Bobsleddin´", "New Siberia"), temas elegantes y -con perdón- cool como "Aerostar" o "Sardinian Holiday", los aires ska de "Walking Down 3rd Street", la energía arrebatadora de "Space Mosquito" y "Pop Rocks & Coke", composiciones como las cinematográficas "Crime Scene" o "Mr. Pink" que parecen salidas de la banda sonora de una antigua película de espías de serie B y clásicos instantáneos del género como "Yeah Yeah Yeah"; pero ese intangible que hace de sus discos algo tan especial y adictivo Eddie Angel, el retornado Danny Amis y compañía se lo guardan a buen recaudo. Es Jet Set un artefacto más necesario que nunca pues pocos discos del 2012 tienen la capacidad de transformar un día gris de invierno en un soleado paseo por la orilla de una exótica isla del Pacífico o en un guateque sin toque de queda. Así que guardad por un rato los vaqueros en el armario, buscad vuestro traje más elegante (las máscaras de luchador mexicano también están permitidas), servíos un martini e imaginad que estamos en 1960.

martes, 4 de diciembre de 2012

LENNY KRAVITZ SERÁ MARVIN GAYE!!?!?!!

Pues sí, parece que se confirma que finalmente Lenny Kravitz encarnará a Marvin Gaye en la gran pantalla; Heard It Through The Grapevine, que así se llamará el biopic, se centrará en el tiempo que el cantante y compositor de Washington, D.C. pasó a principios de los 80 en Londres para huir de sus adicciones. Aunque el morbo por ver la vida de los grandes iconos de la música trasladada a la gran pantalla puede en muchos casos a las reticencias que estas producciones despiertan de partida, la elección de Kravitz para interpretar al inmortal creador de What's Going On despeja cualquier duda que pudiera tener y es que ¿qué será lo próximo, Beyoncé como Nina Simone?

viernes, 30 de noviembre de 2012

DÉJALO QUE SANGRE (RESULTADOS ENCUESTA '1969')

Bueno, pues aquí están los resultados definitivos acerca de vuestros discos favoritos de 1969:

Let It Bleed --------------------------- 30 votos (57%)
From Elvis In Memphis ---------------- 25 votos (48%)
The Band ----------------------------- 19 votos (36%)
Abbey Road -------------------------- 17 votos (32%)
Everybody Knows This Is Nowhere --- 17 votos (32%)
Led Zeppelin II ------------------------ 12 votos (23%)
The Velvet Underground --------------- 9 votos (17%)
Arthur --------------------------------- 7 votos (13%)
In The Court Of The Crimson King ---- 7 votos (13%)
In A Silent Way ----------------------- 6 votos (11%)
Five Leaves Left ---------------------- 5 votos (9%)
The Stooges -------------------------- 5 votos (9%)
Tommy ------------------------------- 5 votos (9%)
Willy & The Poor Boys --------------- 5 votos (9%)
Hot Rats ------------------------------ 4 votos (7%)
Kick Out The Jams -------------------- 2 votos (3%)
"Otros" -------------------------------- 2 votos (3%)
Hot Buttered Soul --------------------- 1 voto (1%)
Stand! --------------------------------- 0 votos (0%)


¿Sorpresas?... si y no... estaba seguro que los Stones se alzarían con esa primera posición que finalmente ostentan; ahora bien, también estaba "seguro" que sería una competición reñida hasta el último segundo entre los chicos de Jagger y los de Liverpool y éstos han terminado en cuarta posición por debajo de Elvis y The Band. Grata -gratísima- sorpresa estas medallas de plata y bronce, dos joyas que ejemplifican, cada uno a su manera, ese cruce de caminos donde el rock, el folk, el R&B, el country, se juntaban para dar como resultado un sonido donde latía la esencia de la música norteamericana.



Agradable y refrescante ver al álbum homónimo de la Velvet situado en la séptima posición, por encima de obras como Tommy que a diferencia de aquel triunfaron en las listas de ventas; igual que mi admirado Miles Davis y su seminal In A Silent Way, superando a los Stooges y a la Creedence. Desgraciadamente, en el furgón de cola me encuentro con dos debilidades personales como Isaac Hayes y Sly & The Family Stone cuyo Stand! se marcha de vacío.

Para terminar y volviendo al ganador, pocos discos como Let It Bleed (editado en el mes de diciembre) podían encarnar mejor el fin de una época que había comenzado con los asesinatos políticos de Martin Luther King y Bobby Kennedy y recibía el golpe de gracia con la masacre perpetrada por la Familia Manson; un adiós definitivo a la inocencia encarnado por las voces del London Bach Choir de "You Can't Always Get What You Want" y, sobre todo,  la inmortal "Gimme Shelter", retrato apocalíptico y paranoide de un estado de ánimo marcado a fuego por la escalada de horror y violencia de la guerra de Vietnam.




viernes, 16 de noviembre de 2012

NEITHER FISH NOR FLESH


Ignoro cuantos seguidores de Terence Trent D'Arby quedan ahí fuera pero algunos seguimos siendo atraídos, como moscas al azúcar, al néctar sonoro que se desliza por los surcos de sus tres primeros discos. Y es que sin ánimo de parecer sentencioso me parece que estamos ante la última gran estrella negra, o para ser más correcto, ante la última estrella negra con talento. Si Prince venía a ser como un nuevo eslabón en una cadena que le unía a colosos como James Brown y Sly Stone, el cantante neoyorquino se emparentaba con figuras de la talla de Smokey Robinson o Marvin Gaye -aunque las influencias de ambos, por descontado, no sólo se encontraban en la música negra-. Cantante poseedor de una subestimada voz tan versátil como expresiva, dotado multiinstrumentista, compositor, productor y arreglista; TTD iniciaba su carrera en 1987 con uno de los álbumes debut más espectaculares de los últimos 25 años, Introducing The Hardline According To, carta de presentación de un artista carismático y magnético, de una confianza en sí mismo tal que le haría rozar la arrogancia al afirmar que su disco era mejor que el Sgt. Pepper (algo que no desmentiremos). Ventas millonarias y números 1 a ambos lados del Atlántico le encumbrarían como uno de los nombres del momento por lo que para su segundo disco la tentación de entregar un Introducing... Part II era muy grande, y he aquí que frente a su anterior obra, que podía pasar por una colección de singles, lo que teníamos era un álbum concebido para que funcionase como una unidad. Con producción del propio Terence -que le confería un sonido mucho más atemporal- Neither Fish Nor Flesh (1989) es un trabajo sin duda menos comercial -al que la crítica recibiría con el cuchillo entre los dientes- y que descolocaría al público que había caído rendido ante el anterior. Arriesgado, personal -y pasional-, el nuevo disco del genio nacido en Manhattan burbujeaba como una olla hirviendo; sus canciones -atmosféricas y profundas- tenían un punto sino experimental, al menos, inclasificable, en las que había cabida para percusiones africanas, arreglos de cuerda de corte oriental, excéntricos coros, guitarras rockeras o vientos y pianos de inspiración jazz. Como reza la portada: "una banda sonora de amor, fe, esperanza y destrucción" por parte de un artista que respondía de su música únicamente ante él.

sábado, 10 de noviembre de 2012

UNDER THE BLADE


Asociados irremediablemente a la explosión y expansión del heavy metal en la década de los 80 gracias a himnos para las masas como "We're Not Gonna Take It" o "I Wanna Rock", cuyos correspondientes videoclips los convertirían en estrellas de la MTV, Twisted Sister nacían como tal en 1973 en las calles de Nueva York -hablamos por tanto de unos coetáneos de formaciones como KISS o The Dictators, de donde provendría su bajista Mark The Animal Mendoza-, calles las de la Gran Manzana donde se forjarían una gran reputación en el circuito de clubs concierto tras concierto. Aunque sería Inglaterra, cuna de la incipiente New Wave Of British Heavy Metal, la que le daría la oportunidad de registrar su primer larga duración en 1982; producido por el bajista de UFO Pete Way en una granja reconvertida en estudio de grabación, Under The Blade presentaba nueve composiciones donde, sí, había cabida para el metal (caso de la ominosa "Destroyer") pero también para composiciones que harían sonreír a Bon Scott ("Day Of The Rocker"), temas callejeros, macarras y adictivos como "Bad Boys (Of Rock n' Roll)" o "Shoot 'Em Down" y canciones urgentes y aceradas como "What You Don´t Know (Sure Can Hurt You)", "Run For Your Life" o "Tear It Loose", esta última con la guitarra invitada de Fast Eddie Clarke. Y es que antes de transformarse en adalides del hair metal las huestes del inefable Dee Snider venían a ser lo más parecido a un cruce entre Alice Cooper, Judas Priest y los propios Dictators. Editado por una compañía independiente y convertido en un pequeño éxito underground en las islas, a pesar de no ser publicado en EEUU les permitiría firmar por Atlantic un año después comenzando así -a la vez que orientaban su sonido a lo que el mercado americano demandaba- una carrera imparable.

martes, 6 de noviembre de 2012

LUST FOR LIFE


Contemplando la sonrisa de anuncio de seguros que luce Iggy Pop en la cubierta de Lust For Life cuesta creer que fuera el mismo hombre que no hace tanto se encontraba internado en un sanatorio mental o aquel que deambulaba por Los Ángeles viviendo de las mujeres a las que conseguía engatusar. Rescatado -vampirizado, dirian algunos- por su amigo David Bowie éste sería el segundo álbum en el que colaborarían tras The Idiot aunque a diferencia de aquel aquí la presencia del Duque Blanco, aun clave, es menos monopolizadora. La tríada de temas que abren el disco presentan así a una Iguana en pleno proceso de emancipación, tomando el control en la canción que le da titulo, convertida en un himno desde el instante en que suena la bravucona batería de Hunt Sales; las guitarras saturadas de "Sixteen" no están lejos de las del Raw Power mientras que "Some Weird Sin" cierra este salvaje inicio con su efervescencia nuevaolera. Uno de los mejores -si no el mejor- tema en solitario de Iggy Pop es "The Passenger", medio tiempo con un melancólicamente bello riff de Ricky Gardiner tan icónico y reconocible como el citado golpe de batería de "Lust For Life". La claustrofóbica y dramática presentación de "Tonight", con el protagonista velando a su chica agonizante a causa de una sobredósis da paso a un agridulce tempo con el que la acompañará hasta el fatídico desenlace. Abriendo originariamente la segunda cara, la socarrona "Success" -con esos magníficos coros cortesía de los hermanos Sales- precede a "Turn Blue", la cuál esconde una de las mejores interpretaciones de Iggy, explayándose a gusto en una balada soul de casi siete minutos. Cerca del final el intenso retrato colectivo de "Neighborhood Threat" nos conduce a "Fall In Love With Me" cuyo pulso mecánico e imaginativos juegos de guitarras y teclados la emparentan con el anterior The Idiot. Editado por RCA en septiembre de 1977 (Iggy Pop y Elvis Presley compartiendo casa discográfica!!!) el disco pasaría inadvertido a causa de la nula publicidad del sello -eclipsado por la muerte del Rey- mientras el movimiento punk saludaba al cantante de Detroit como uno de sus padrinos.

viernes, 2 de noviembre de 2012

MALDITO ESPÍRITU DEL 69!

Bueno, pues ha ocurrido lo que me temía e igual que le sucedió a Addison hace unos días me he encontrado con que han desaparecido todos los votos emitidos hasta el momento; si quereis volved a votar y aunque me temo que no servirá de nada de momento dejaré la encuesta algunos días más a ver si se "arregla"... una pena. Gracias a todos los que habíais participado hasta el momento!!!

martes, 30 de octubre de 2012

ELIGE TUS DISCOS FAVORITOS DE 1969


Tras la entrada dedicada al inconmensurable Stand! y pensando en la cantidad de obras maestras que nos legó 1969 me vi incapaz de "poner orden" entre tanta ambrosía y es que fue éste un año prolífico como pocos; en realidad ese final de década y comienzos de la siguiente es -simplificando- el punto exacto donde el rock n' roll  alcanzó su clímax como expresión artística -si es que en algún momento lo fue- y popular (ya lo dijo Homer Simpson: "el rock alcanzó la perfección en 1973, para qué necesitamos más grupos!"). Así que si os apetece participad en esta primera encuesta "limusinera" eligiendo vuestros discos favoritos de ese mágico año; la criba obviamente responde a mis gustos personales y aunque creo que la selección es lo bastante amplia ahí está la opción de "Otros" para dar cabida a aquellos discos no incluidos -ya por no hacer la lista todavía más larga ya por desconocimiento- y que consideréis merecedores de su inclusión...máximo 4 votos, eh!!!

jueves, 25 de octubre de 2012

STAND!


Un grupo multirracial y con miembros de ambos sexos...Sly & The Familiy Stone podían pasar por la culminación del sueño hippy alumbrado en aquel "verano del amor" de 1967. Verano cuyo fulgor realzaba su radiante mezcla de funk, rock, soul y psicodelia; un sonido que serviría como catalizador para su toma de conciencia social y política. El optimismo pero también la determinación del movimiento por los derechos civiles se encuentran detrás del tema que titula al álbum, marcando la transición entre el soul y la música funk. Uno de los momentos álgidos del festival de Woodstock, "I Want To Take You Higher", está impregnada de un fervor cuasireligioso, jugando con el juego de llamada y respuesta propio del góspel. Como constatación de ese crisol de estilos -y pese a la oscuridad que deja entrever su letra- "Somebody's Watching You" trae a la memoria el sonido beat pasado por el tamiz de la música negra (qué ganas de pasear por el parque y tumbarse en la hierba a contemplar un primaveral cielo azul). Los coros y el órgano de la radiante "Sing A Simple Song", llena de groove, contrasta con las densas y extensas improvisaciones -inspirando entre otros la "inmersión" eléctrica de Miles Davis- de "Don't Call Me Nigger, Whitey" y "Sex Machine", viajes lisérgicos a lomos de unas guitarras bañadas en ácido. Partiendo de la simple y pura belleza de una canción infantil, el nº 1 "Everyday People" desemboca en un inspirador himno a la convivencia. Escuchando el mensaje cargado de positividad que burbujea en "You Can Make It If You Try" y que cierra Stand! con la misma vitalidad con que empezaba nada hacía presagiar que ese sueño hippy del que hablábamos arriba se tornaría pesadilla; una pesadilla que tomaba forma en su siguiente obra maestra, There's A Riot Going On, publicada dos años después e impregnada de un ominoso sonido donde a duras penas habría sitio ya para la esperanza y sí  para la desilusión y la paranoia de una nueva década.



jueves, 18 de octubre de 2012

NOSTALGIA

Hace un par de días en un programa de radio empezó a sonar "She Walks In So Many Ways" y en ese momento, ya metido en la madrugada, fui más consciente que nunca que estaba ante una banda clásica aunque enseguida me inundó una agridulce sensación de nostalgia. Nostalgia acentuada por las recientes crónicas de amigos blogueros como Joserra y Addison, testigos de la última visita de los de Minneapolis, de la tensión en el escenario entre Louris y Olson y del aroma de punto ¿y final? de la aventura que se desprendía de las propias palabras de Karen Grotberg. Mockingbird Time me sigue pareciendo una delicia, me da igual que no sean amigos, no hace falta que lo sean, no tienen que quedarse toda la noche compartiendo cervezas en el estudio tras una sesión de grabación, por mí como si Mark Olson sale a escena con la camiseta de "Who The Fuck Is Gary Louris?". Una reseña escrita en un periódico pasaba por alto el concierto para centrarse casi exclusivamente en el hecho de que si algún espectador se acercaba a ver al grupo sin conocerlo, empujado por las palabras de algún fan, se decepcionaría porque The Jayhawks no cambiarían el curso de la música (como si eso lo hubieran hecho tantos); pues bien, el pulso de mis días si lo cambia y eso me basta.


Y es que aún recuerdo el subidón de encontrar Tomorrow The Green Grass tras tanto tiempo buscándolo y correr hacia mi piso de estudiante para poder escuchar al fin ese álbum del que tanto había oído hablar (¿os acordáis cuando algunos discos se compraban a ciegas?). Empezó a sonar "Blue" y quedé atrapado para siempre; luego vino un viaje atrás en el tiempo y llegó Hollywood Town Hall con "Waiting For The Sun", "Two Angels" o "Settled Down Like Rain"; el siguiente sería Sound Of Lies y su aura de oscura y maldita obra maestra; Smile, con sus errores y aciertos; y mi ojito derecho, Rainy Day Music, con permiso de TTGG el disco de los Jayhawks que más he escuchado, cuántas veces me he visto reflejado en los ojos de Sarah Jane, cuántas veces me he emocionado con el estribillo de "All The Right Reasons" y ese "todo lo que sé es que te amo por las razones correctas".

En 2009 unas fechas en España reunía de nuevo a la formación "que todos queríamos", se reeditaba su debut de 1986, una obra cargada de heno con alguna joya por descubrir como "King Of Kings" y nos plantábamos en 2011 con la noticia de un nuevo disco, el citado Mockingbird Time, la continuación de TTGG, espadas en todo lo alto, decepcionante para muchos, colección que el tiempo pondrá en su sitio para otros. Por supuesto que la próxima vez que haga sonar HTH no voy a pensar en si Olson sigue o no con el grupo o siquiera si los Jayhwaks siguen adelante pero sí que esa sensación de nostalgia -aunque también de pura y duradera emoción- me invadirá de nuevo.

viernes, 12 de octubre de 2012

MONEY JUNGLE


Hace 50 años, exactamente el 17 de septiembre de 1962, con los estudios Sound Makers de la ciudad de Nueva York como testigos, tuvo lugar una sesión de grabación que suponía el encuentro entre las cuatro paredes de un estudio de Duke Ellington, Charles Mingus y Max Roach; sesión de la que saldría  uno de los discos de culto de la historia del jazz. Un encuentro que de tratarse de un combate de boxeo podría haberse publicitado con una de esas hiperbólicas frases tipo "no se pierdan en la noche de hoy el enfrentamiento definitivo entre tradición y vanguardia...no esperen a que se lo cuenten" .

Al comienzo del tema homónimo el percusivo y casi violento bajo de Mingus, al que en seguida se une la batería de Roach, parecen retar al "viejo" Duke -que por entonces llevaba 40 años de carrera musical, más o menos la edad con la que contaban sus acompañantes- para que éste se adentre en territorio desconocido el cual en ese momento con su entrada al piano parece responder "estos beboppers, si cuando vosotros venís yo ya estoy de vuelta!". "Fleurette Africaine", acompañada de una minimalista percusión diríase tocada con las manos por el imaginativo baterista, es una exótica y exquisita pieza atmosférica, un ejemplo de la capacidad de la música para detener el tiempo y hacerte viajar mecido en sus notas. En la pieza de inspiración blues "Very Special" lo clásico se  vuelve moderno y viceversa mientras que los tres minutos y medio de la balada "Warm Valley" son un compendio de contención y delicadeza. La leyenda habla de falta de comunicación, de fricciones e incluso de un intento de abandono por parte del volcánico e impredecible contrabajista; escuchando la poderosa sinergia que desprenden "Wig Wise" y "Caravan" -con el Duque impartiendo toda una lección de sabiduría al piano - se hace difícil de creer. Como colofón, "Solitude", a esas alturas inolvidable estándar que desearías durara eternamente (y es que hay que ser de piedra para no derretirse con esa introducción).

Fue 1962 un año prolífico en cuanto colaboraciones para el compositor de "Mood Indigo"; antes que este paseo por la "jungla del dinero" tenía lugar el encuentro entre el músico de Washington y el saxofonista Coleman Hawkins que daría como resultado el disco Duke Ellington Meets Coleman Hawkins y ese mismo mes de septiembre se registraba el no menos mítico Duke Ellington & John Coltrane pero es Money Jungle el que con más intensidad brilla, desafiando a las luces de neón que ejercen de faro en las noches de la ciudad que lo vio nacer.

lunes, 8 de octubre de 2012

MIS 10 DE...


1) Essence (Lucinda Williams, 2001)
2) Rainy Day Music (The Jayhawks, 2003)
3) American IV:The Man Comes Around (Johnny Cash, 2002)
4) D.F.F.D. (The Dictators, 2001)
5) Lions (The Black Crowes, 2001)
6) Frances The Mute (The Mars Volta, 2005)
7) The Last DJ (Tom Petty & The Heartbreakers, 2002)
8) Farm (Dinosaur Jr., 2009)
9) Blue Cathedral (Comets On Fire, 2004)
10) The Dirty South (Drive-by Truckers, 2004)


viernes, 5 de octubre de 2012

BLUE CATHEDRAL



Aunque tal vez -sólo tal vez- sea Avatar (2006) el trabajo más equilibrado de Comets On Fire es en Blue Cathedral, que veía la luz dos años antes bajo el auspicio del sello Sub Pop, donde la propuesta de la banda liderada por Ethan Miller explotaba definitivamente y sus influencias -la psicodelia espacial de finales de los 60, el proto-punk con epicentro en Detroit, el rock más pesado heredero de Blue Cheer y los primeros Black Sabbath o el noise- confluían en un todo sorprendente y lleno de personalidad. Un trabajo formado por ocho temas, cuatro de ellos instrumentales, que se mueve entre arrebatos de violencia y sutileza, canciones que parecen surgidas de las entrañas de la tierra o bien de las profundidades del océano que te hacen sentir como si un leviatán emergido de esas profundidades abisales te fuera a engullir irremediablemente. La voz de Miller, entre Rob Tyner y un desquiciado Robert Plant, buscando su sitio entre la espiral que forman las graníticas guitarras y una estruendosa batería, brumosos teclados que se pueden masticar y el echoplex de Noel von Harmonson captando frecuencias del interior de un agujero negro, un puntual saxo de querencias free al borde del paroxismo; la propuesta no es fácil ni acomodaticia pero aún así la música de la banda de Santa Cruz esconde una insondable belleza (para sí quisieran Robert Fripp o Roger Waters un instrumental como "Brotherhood Of The Harvest").

Artista inquieto, Ethan Miller ponía en pie el mismo año que salía a la luz el citado Avatar un nuevo proyecto -Howlin' Rain- para dar salida a su vertiente más melódica y luminosa cuyo debut ve la luz ese mismo 2006; un nuevo proyecto, en un principio paralelo, que desembocaría en definitivo relegando a su banda primigenia al ostracismo. No seré yo el que no ponga en valor las obras del nuevo combo puesto que al igual que los dos últimos discos de Comets On Fire, un trabajo como el Magnificent Fiend de 2008 merece un puesto entre lo mejor de la década pasada pero -retomando lo apuntado arriba- el estado actual del rock no está para prescindir de propuestas tan excitantes, complejas -y que reclaman una actitud proactiva del oyente- como la que supone esta Catedral Azul.

viernes, 28 de septiembre de 2012

TAGO MAGO

"Pero ¿es esto rock? (...) ¿qué importancia tiene eso?"
(Gonzalo Aróstegui Lasarte)

Desandando el camino emprendido por el rock n' roll (anglosajón básicamente) desde la década de los 50 para emprender el suyo propio -y el cual recorrerán en algún momento, y cada uno a su manera, desde Eno a Radiohead pasando por Sonic Youth o el punk más libérrimo- la banda alemana entregaba en 1971 su segunda referencia, un doble elepé de desconcertante portada que respondía al nombre de Tago Mago. "Paperhouse" y "Mushroom", de atmósfera mágica y misteriosa el primero y de ominoso sonido industrial el segundo, son los temas que abrían el álbum. Desplegándose en un bucle sin principio ni final, "Oh Yeah" y "Halleluhwah" (cuyo hipnótico pulso funk nos hace pensar en el On The Corner de Miles Davis); la voz de singular capacidad expresiva del vocalista de origen japonés Damo Suzuki, del susurro tántrico al histerismo, la energía en constante transformación de la base rítmica conformada por el baterista Jaki Liebezeit y el bajista - y "montador"- Holger Czukay, la guitarra de Michael Karoli y los teclados de Irmin Schmidt rompiendo una y otra vez las expectativas del oyente. Avant-garde, la llamada música concreta, Stockhausen, free jazz, muchos son los conceptos, nombres y etiquetas que salen a relucir cada vez que aparece el nombre de Can (yo me atrevería a hablar de tribalismo) pero todos ellos se quedan en meras enumeraciones categóricas cuando llegamos a "Aumgn" y "Peking O" y el cúmulo de sensaciones que provocan: del deleite al asombro y la irritación; desdibujando el concepto de canción. Cerrando los casi 75 minutos de Tago Mago como si de un consuelo - o una recompensa- se tratara, la belleza propia de una pieza de cámara pop de "Bring Me Coffee Or Tea". Hay obras que delimitarían la frontera entre el pasado y el futuro de la música pop(ular), con este disco Can irían más allá proyectándose directamente en un futuro por llegar.

(No podía ser de otra manera, esta entrada está dedicada a Gonzalo, "culpable" de inocularme el virus de Can...gracias!!!)

martes, 18 de septiembre de 2012

CRUCE DE CAMINOS (IV)

Jazz: tras tan explícito título se esconde uno de los trabajos más especiales de Ry Cooder, un álbum consagrado a rendir tributo al jazz primigenio de las primeras décadas del s.XX, antes que la llegada de colosos revolucionarios como Louis Armstrong  relegara al ostracismo tan "primitivos" ritmos. Un tributo pues a los tiempos del ragtime y del jazz más vodevilesco a través de temas de Jelly Roll Morton y Bix Beiderbecke entre otros, o adaptaciones de Joseph Spence, guitarrista al que Cooder reconoce como influencia capital debido al uso que el músico de Bahamas hacía del ritmo sincopado. Ya sea en quinteto o en octeto, acompañado únicamente de su guitarrra o rodeado de vibráfonos, tubas, trombones, clarinetes o cuartetos vocales estamos ante un disco bellísimo, un bocado para paladares finos. Grabado en 1978 en los Warner Studios hacer sonar "Big Bad Bill Is Sweet William Now", "Shine" o "We Shall Be Happy" es trasladarte a otra época transformando tu aparato de música en una singular máquina del tiempo.


Bop Till You Drop: Ry Cooder diría adios a la década de los 70 con un paseo por Memphis al volante de un elegante Cadillac (rosa, por supuesto). Agridulce despedida pues si bien estamos ante un muy buen disco del californiano, repleto de soul y R&B, éste se ve lastrado en parte por una producción que sin llegar ni de lejos a los atentados sonoros que se perpetrarían en los años 80, le resta algo de la calidez y "autenticidad"  que sí tenían sus anteriores trabajos (Bop Till You Drop fue el primer disco grabado enteramente en digital). Aún así, las vueltas de tuerca a las que somete a "Little Sister" de Elvis Presley o "Go Home, Girl" de Arthur Alexander, la elegancia de la instrumental "I Think It´s Going To Work Out Fine", el ritmo funky de "Down In Hollywood" (composición de Cooder y su bajista Tim Drummond) o la rythmandbluesera "Don´t Mess Up A Good Thing" con la genial voz invitada de Chaka Khan, son razones suficientes para que la batalla la gane lo que realmente importa, la música y las canciones. Porque eso es lo que pone de relieve todos estos discos que hemos repasado en este especial que hoy acaba -y con el que espero no haberos aburrido-; que por encima de modas, por encima de estilos y épocas, una buena canción siempre será una buena canción.

lunes, 10 de septiembre de 2012

CRUCE DE CAMINOS (III)

Chicken Skin Music: si en el anterior Paradise & Lunch Cooder ampliaba la paleta de colores de su catálogo musicológico incluyendo pop a lo Burt Bucharach y ahondando en el espíritu del R&B para su siguiente obra, de 1976, el lienzo daría cabida al azul de Hawai y al verde y rojo del chile mexicano. A los sospechosos habituales (Jim Keltner, Chris Ethridge o Milt Holland) se le unieron los guitarristas hawaianos Gabby Pahinui y Atta Isaacs y el acordeonista Flaco Jiménez para hacer de Chicken Skin Music un billete de avión abierto a cualquier destino. Partiendo del punto donde lo había dejado en sus primeros discos con la versión de Leadbelly "The Bourgeois Blues" podemos pasear por la blanca arena o bañarnos en las cristalinas aguas de "Yellow Roses" y "Chloe", hacer una parada para asombrarnos con el bolero que llevaba dentro la icónica "Stand By Me" de Ben E. King y visitar alguna oscura cantina, ya sea para acabarnos la última botella de tequila mientras entonamos "Goodnight Irene" o bailar bien agarrados al son de "He´ll Have To Go". Un disco para guardar bajo el epígrafe de "Obras Maestras Silenciosas" junto a otros olvidados como Doug Sham And Band.


Show Time: una fantástica portada es la tarjeta de presentación del primer disco en directo de Ry Cooder (que no obstante comienza con un nuevo tema en estudio, el divertido "School Is Out"). Producido, al igual que Chicken Skin Music, por el propio Cooder, el álbum fue registrado los días 14 y 15 de Diciembre de 1976 en el Great American Music Hall de San Francisco. Junto a él, el acordeón de Flaco Jiménez, el bajo de Henry Ojeda, la batería de Isaac García, el bajo sexto de Jesse Ponce, el saxo alto de Frank Villarreal y las voces de Eldridge King, Terry Evans y Bobby King. Resumiendo, una Chicken Skin Band que convierte Show Time en toda una fiesta ya sea reelaborando cortes registrados en álbumes anteriores como "Jesus On The Mainline" o "The Dark End Of The Street" (esta vez con las soberbias voces de la tripleta King-Evans-King) ribeteados por el acordeón de Flaco Jiménez y el magisterio de Cooder a la slide, bien con la tradicional "Volver, Volver" (con Flaco al micro interpretándola en español) o el irresistible groove de "Smack Dab In The Middle" con la que se despiden. La única pega que se le puede poner es que no sea doble...aunque siempre nos queda pulsar el play de nuevo.

lunes, 3 de septiembre de 2012

MIS 10 DE...

Pronto tendremos de nuevo por aquí a Ry Cooder pero resulta difícil recordar a Ford sin que te "asalte" la imponente figura de El Duque. Además, hoy emiten por televisión El Hombre Que Mató A Liberty Valance; una película en blanco y negro, en abierto y en horario de máxima audiencia -y "de vaqueros"!!!-. ¿Será que no todo está perdido?...




1) Centauros Del Desierto
2) Río Bravo
3) El Hombre Tranquilo
4) El Dorado
5) El Hombre Que Mató A Liberty Valance
6) Fort Apache
7) La Legión Invencible
8) Río Rojo
9) Hatari!
10) La Diligencia

jueves, 16 de agosto de 2012

TAMBOURINE



Un simple vistazo a los créditos del álbum, una vez repuestos de esos preciosos ojos verdes que iluminan la portada, y la necesidad de sumergirte en él es irrefrenable; no es para menos si hablamos de un trabajo que cuenta con George Drakoulias en los controles, cuyas guitarras están a cargo de Mike Campbell y Neal Casal y tiene como invitados a Gary Louris y Maria McKee haciendo coros. Aunque no nos engañemos, la verdadera estrella es la autora de los doce temas que componen Tambourine, Tift Merritt. Comparada, algo inevitable al tratarse de una mujer, con Lucinda Williams y Emmylou Harris, y sin negar que algunas de sus melodías remiten a la música de esas dos grandes damas (caso del evidente poso rootsy de "Laid A Highway" o la etérea belleza de "Plainest Thing") podríamos hablar de ella como de un cruce entre Dusty Springfield y Tom Petty. Pese a contar con un Grammy al mejor álbum de country contemporáneo su voz se acerca por momentos al soul y muchas de sus composiciones, como "Late Night Pilgrim", encajarían en cualquier radio al lado de los añejos hits del rubio de Florida (de hecho, "Wait It Out" no desentonaría en medio de Damn The Torpedoes). Mientras, el groove de "Your Love Made A U-Turn", la desvocada "I Am Your Tambourine", donde Merritt parece una jovencísima Tina Turner acompañada por Jerry Lee Lewis y la sensual cadencia de "Good Hearted Man", chisporroteando lentamente como las brasas que calientan nuestro herido corazón, sacan a la luz su lado más rythm and blues. Composiciones sorprendentemente maduras como "Stray Papers" o "Still Pretending" son realzadas por el sonido robusto y sin fisuras que aporta la producción de Drakoulias, redondeando un disco perfecto, ideal tanto para poner banda sonora a un largo viaje por carretera como para servir de refugio y bálsamo en una solitaria noche de insomnio.

miércoles, 1 de agosto de 2012

CRUCE DE CAMINOS (II)

Boomer´s Story: segundo disco consecutivo en el mismo año (1972) y primero de una serie de trabajos superlativos que no deberían faltar en la discoteca de ningún amante de la música americana de raíces. Repitiendo de nuevo en los controles con Lenny Waronker y Jim Dickinson, buena parte del álbum fue registrado en los Ardent Studios de Memphis y en Muscle Shoals a lo que si le añadimos, como en Ry Cooder es habitual, una lista de músicos que tira de espaldas y que incluye a Randy Newman, Jim Keltner, Milt Holland, Dan Penn o el bluesman Sleepy John Estes (a quien se tributa con dos temazos de su puño y letra como "Ax Sweet Mama" y "President Kennedy") explica por sí solo la grandeza de esta obra atemporal. Difícil resulta destacar algún tema por encima de otro así que hoy tocan la tradicional "Rally `Round The Flag", guiada por el "perezoso" piano de Newman, los arreglos dixieland (cortesía de George Bohanon) del espiritual "Comin´ In On A Wing And A Prayer", la fronteriza "Maria Elena", que encajaría sin problemas en una película de Peckinpah o la osada (por instrumental) versión de "The Dark End Of The Street" donde las notas de la slide van cayendo como lágrimas sobre la partitura de la imperecedera y emocionantísima composición de Penn y Moman.


Paradise And Lunch: a pesar de que objetivamente no se pude decir que la portada del cuarto álbum de Ry Cooder, editado en 1974, sea lo que se dice bonita yo le tengo cariño; será su aire artesanal o que me hace pensar en el anuncio de algún cinematográfico bar de carretra situado en la frontera con México donde toda clase de gangsters y fugitivos acuden a "llenar el buche" antes de cruzar Río Grande ("peliculero" que es uno). Centrándonos en la música hay que rendirse una vez más ante la capacidad de Cooder para reinventar y hacer suyas gracias a su talento como arreglista cualquier tema, sea éste un viejo blues de los años 30, un oscuro tema folk perdido en el tiempo o, como en el caso del "It´s All Over Now" de Bobby Womack, un tema soul agitado (el cóctel de la portada!) hasta servirlo a ritmo de calipso. El elgante R&B de "Tattler", coescrito por el mismo Cooder y el productor Russ Titleman o las definitivas relecturas del gospel "Jesus On The Mainline", vestido con unos increíbles vientos a lo Nueva Orleans, o la swingeante "Dittty Wah Ditty" (ese piano de Earl Hines hay que oírlo para creerlo) hacen de Paradise & Lunch uno de esos discos para llevarse a una isla desierta.

lunes, 23 de julio de 2012

FUNKTABULOSO

Yo a lo mio...¿quién necesita "americana" teniendo "africana"? Esto podéis encontrarlo junto a otras ambrosías en el recopilatorio World Psychedelic Classics 3: Love´s A Real Thing-The Funky Fuzzy Sounds Of West Africa.

¿No es más Funkadelic que Funkadelic?...¿no aparecen por ahí MC5?...como un viaje de ida y vuelta-y sin escalas-de Lagos a Detroit!!!!

lunes, 16 de julio de 2012

CRUCE DE CAMINOS (I)

Pocos discos me impactaron tanto en los últimos 12 meses como ese Pull Up Some Dust And Sit Down donde, sin perder de vista el pasado, Ry Cooder puso banda sonora a estos tiempos que vivimos por lo que ya era hora de devolverle el favor glosando, desde esta humilde tribuna, las excelencias de una trayectoria (aunque nos centraremos en su discografía 70´s) guiada por el incondicional amor a la música.

Ry Cooder: tras colaborar con gente como Taj Mahal, Captain Beefheart, su colega Randy Newman y, cómo no, los Stones, en 1970 ve la luz el primer y homónimo trabajo del guitarrista californiano. Un recorrido lleno de blues por caminos y carreteras de grava en compañía de músicos como Chris Ethridge o los little feat Ritchie Hayward y Roy Estrada (de hecho la inicial "Alimony" encajaría sin problemas en Sailin´ Shoes). Composiciones de Woody Guthrie ("Do Re Mi"), Blind Willie Johnson (la sensacional versión instrumental de "Dark Is The Night" que cierra el álbum) o el ya mencionado Randy Newman (una "My Old Kentucky Home" que ese mismo año aparecía en el disco del autor de "Short People", 12 Songs donde a su vez participaba el propio Cooder) comparten espacio con el original "Available Space". Un trabajo con olor a habitación de motel destartalado y sabor a polvo en la garganta que desprende feeling por los cuatro costados; y quien no se lo crea tan solo tiene que pinchar cortes como "Police Dog Blues" o "How Can A Poor Man Stand Such Times And Live?".


Into The Purple Valley: al comienzo de la película de Hal Ashby Bound For Glory, aquí titulada Esta Tierra Es Mi Tierra, una tormenta de arena (estamos en los años de las grandes sequías del Dust Bowl) amenaza el hogar de un pintor de carteles de nombre Woody Guthrie quien tomará la decisión de abandonar las baldías tierras de Tejas en busca de un futuro mejor en los verdes y soleados campos californianos. Ese éxodo, que emprenderían muchos otros, es la inspiración para el que supuso el segundo álbum de Ry Cooder. Un ejercicio, producido por Lenny Waronker y Jim Dickinson, de recuperación de las canciones que pusieran banda sonora a ese viaje. Viaje que se inicia al son de "How Can You Keep Moving (Unless You Migrate Too)" y termina precisamente con el oscuro "Vigilante Man" del propio Guthrie. Entre medias, magistrales relecturas del "Hey Porter" de Johnny Cash, el "Money Honey" que popularizara Elvis 16 años atrás o el aroma tropical de "F.D.R. In Trinidad" para un disco donde la slide y la mandolina de nuestro protagonista nos invitan a patear el suelo mientras seguimos su sincopado ritmo.

martes, 3 de julio de 2012

SOUND OF LIES


A pesar de que hoy en día Mark Olson reconozca que de encontrarse de nuevo en una situación semejante actuaría de forma diferente, el hecho es que en 1996 tomaba la decisión de abandonar la hasta entonces banda de su vida, The Jayhawks y aunque seguro que muchos fans hubieran preferido que la aventura se acabase ahí, Gary Louris tomó la decisión de seguir adelante. Así, un año después veía la luz Sound Of Lies el cual, menuda sorpresa, no satisfizo a gran parte de los seguidores de los de Minneapolis (los fans son/somos egoistas y pensamos que los artistas deben responder a la imagen que de ellos nos formamos en la cabeza, imagen que por supuesto creemos "definitiva").

Sin Olson a su lado Louris se convirte en el motor creativo (con la puntual -y capital- aportación de Marc Perlman que coescribe varios temas, así como del por aquella nuevo batería Tim O'Reagan quien firma en solitario "Bottomless Cup") entregando un trabajo que por fuerza tenía que sonar distinto. Melancólico e introspectivo, a veces incluso oscuro, Sound Of Lies, digámoslo ya, es una obra maestra, el trabajo más ambicioso y sofisticado que jamás hubieran entregado. Canciones que se retuercen y doblan sobre sí mismas alargándose hasta el infinito ("Haywire", "Dying OnThe Vine") conviven con frágiles miniaturas como el tema homónimo; con la ayuda del coproductor Brian Paulson no temen experimentar en el estudio ("Poor Little Fish") mientras abigarrados arreglos de mellotron y cuerdas (esos violines sobre los que se mece "Stick In The Mud") zozobran entre la energía de unas abrasadoras guitarras ("Big Star").

Sí, Sound Of Lies, sonaba distinto...era distinto, pero lo que no cambiaba eran esas melodías deslizándose por un tobogán ("Think About It") y la belleza insondable, cojamos al azar "Trouble" o "It´s Up To You", atravesando unas canciones llenas de sueños rotos y paraísos perdidos, de amargas súplicas y apuestas que salieron mal.

viernes, 22 de junio de 2012

PARALLEL LINES


Con su tercer álbum Blondie tomaron al asalto las tiendas de discos así como las emisoras de radio a ambos lados del Atlántico (hoy resulta incluso extravagante leer que una banda llegaba a vender millones de discos) y es que con un comienzo como el que forman la trilogía de temas inicial no era para menos. "Hanging On The Telephone" (no está de más recordar que la original pertenecía a The Nerves), "One Way Or Another" y "Picture This", con Debbie Harry cantando ahora de manera dulce ahora de forma estridente, aunque siempre lúbrica, hacen saltar chispas. En contraposición con el sonido menos colorista de su debut, Mike Chapman lleva a los neoyorquinos hacia terrenos decididamente pop pero no exentos de riesgo como la atmosférica ensoñación espacial (cortesía de Robert Fripp) con la que se presenta "Fade Away And Radiate" o las guitarras a todo volumen del pastiche (dicho en este caso sin ánimo peyorativo) cuasiprogresivo de "I Know But I Don´t Know". Más singles bombásticos como "Sunday Girl" y, sí, "Heart Of Glass" que derriba cualquier prejuicio con la frágil y sexy interpretación de la rubia vocalista y el más que convincente ritmo disco que imprimen Clem Burke y Niggel Harrison. A (re)descubrir junto a las anteriores, perlas como la inocente "Pretty Baby", la urgencia de "Will Anything Happen", una "Gonna Love You Too" que traslada las playas californianas a pleno centro de Manhattan, el perfecto broche de oro que significaba "Just Go Away" ( en el que una altiva Debbie Harry nos despide al ritmo de "don´t go away sad/don´t go away mad/just go away") o mi favorita, "11:59", adictiva con ese teclado encantadoramente kitsch y esa coda, irresistible invitación a dar palmas toda la noche.

Parallel Lines puede que no cuente con el "pedigrí" (al menos para el público más cerril, ya sabemos que hay quien rechaza el éxito masivo per se) de todo un Rocket To Russia pero junto a la obra maestra de los Ramones, los primeros discos de The Undertones, The Jam y Elvis Costello o el Singles Going Steady de los Buzzcocks conforma un poker (o repoker) imbatible donde el punk, el pop salido del Brill Building o la melodía perfecta a lo British Invasion se daban la mano para ir más allá del escupitajo a las primeras filas y el "muere joven y deja un bonito cadáver", sustituyendo crestas y mugre por elegantes zapatos mod, parkas o corbatines (bueno, y cazadoras de cuero).

viernes, 8 de junio de 2012

THE KINK KONTROVERSY


Editado en Noviembre del 65 el tercer elepé de los Kinks tiene algo de adios, de fin de ciclo; pronto verían la luz un single como el que encabezaría la vitriólica "Dedicated Follower Of Fashion", con ese ojo clínico de Ray Davies para los arquetipos, y ante todo, Face To Face, el álbum que cambiaría para siempre el Universo Kink, poniéndolo patas arriba.

Por eso cada vez que suena esa crudérrima versión de "Milk Cow Blues", cocinada vuelta y vuelta, con el interior bien sangrante, me invade esa sensación de despedida. Sensación que se acentúa cuando lo que a continuación llega a nuestros oídos son los delicados y evocadores acordes acústicos de "Ring The Bells", adelantándose a ambrosías venideras como "Waterloo Sunset". "Gotta Get The First Plane Home", al igual que "The World Keeps Going Round" o "What´s In The Store For Me" son inequívocamente sixties...y británicas. "When I See That Girl Of Mine" estará siempre ahí para recordarnos lo que se sentía al ser un adolescente enamorado. Geniales y excéntricas, "I Am Free" y "I´m On A Island", confirmando que algo se cocía en las cabezas de los Davies. Inmunes al paso del tiempo, inmortales, "Till The End Of The Day" y "Where Have All The Goods Times Gone" con su pertinente pregunta a la que nos guía un dylaniano fraseo. Cerca del punto final, nuevos momentos de crudeza como el riff escupido sin masticar de "It´s Too Late" y esa subestimada gema que responde al título de "You Can´t Win".

Nada volvería a ser igual; la máquina echa humo, el tren se pone en marcha, próxima parada: el olimpo del rock n´ roll.


viernes, 1 de junio de 2012

PLEASANT DREAMS


Si para End Of The Century los Ramones acudieron al mago creador del "muro de sonido", para su siguiente plástico el excéntrico Phil Spector dejaría su sitio a otro pope como el británico Graham Gouldman, compositor de éxitos para iconos de los 60 como The Hollies, y miembro de la banda 10cc.

Y si bien de la mano del productor nacido en el Bronx alcanzarían su mayor éxito comercial hasta la fecha, la frustración por un estrellato y una aceptación que no llegaban seguía ahí. El himno que abre el álbum, "We Want The Airwaves", sería la mejor forma para canalizar y exorcizar un resentimiento que hacía mella especialmente en Joey Ramone. Son Dee Dee y el espigado vocalista quienes se reparten los créditos de todos los temas de Pleasant Dreams cuando hasta la fecha éstos correspondían a la banda en su conjunto en un vano intento de que los egos no se impusieran. La primera aportación del bajista es la noctámbula oda a Nueva York "All´s Quiet In The Eastern Front" que da paso a un clásico de nuevo cuño, el caramelo envenenado de impagable título "The KKK Took My Baby Away". La producción envuelta en algodón de ázucar de Gouldman acerca como nunca a Joey a su sueño de convertirse en una Ronnie Spector (la sixties "Don´t Go").

Una acerada "You Sound Like You´re Sick" y la declaración de principios nuevaolera "It´s Not My Place (In The 9 To 5 World)" nos conducen a uno de los mejores inicios de Cara B de la discografía ramoniana, "She´s A Sensation" y "7-11", la clase de canciones que sabes que no te podrás quitar de la cabeza una vez llegan a tus oídos. "You Didn´t Mean A Thing" y "Come On Now" ahondan en ese contraste entre lo festivo y lo lúgubre (a pesar del embriagador perfume pop que lo inunda y de sus referencias explícitas a Roger Corman o los Beach Boys hay un ligero manto de oscuridad amenazante en más de un momento del disco). El penúltimo corte, "This Business Is Killing Me", viene a reafirmar que nunca Joey cantó mejor que aquí; un sencillo y genial arreglo de guitarra dispara al corte que nos despierta de este placentero sueño, "Sitting In My Room", directo al cerebro.

Obra menor para unos y de culto para otros, desde Long Black Limousine nos limitaremos a decir que el sexto elepé de la banda de Queens brilla hoy aún más que hace 30 años.

martes, 15 de mayo de 2012

DE PASEO CON LOS CHICOS DE MEMPHIS


Mientras a unos parece que les pagan para predicar el fin de la música en soporte físico (lo que no dudo que sea inminente y, ni mucho menos, que no vaya a suceder) otros siguen poniendo todo el cariño en ofrecer a los (pocos?) compradores románticos que quedan productos dignos de llevarse a casa. Productos como los que lleva tiempo ofertando la gente de Ace Records, que se ha ganado el cielo hace ya muchos años con sus excelsas ediciones de soul y todo tipo de recopilaciones temáticas (de mimados libretos) guiadas por una sabiduría y un amor por la música envidiables.

Memphis Boys: The Story Of American Studios es uno de los últimos, una de esas recopilaciones temáticas que decíamos antes dedicada a arrojar luz sobre uno de los estudios de grabación que hicieron de la ciudad más grande del estado de Tennessee el paraíso de la música hecha con el corazón. Y es que no sé si fue un efecto secundario de algún experimento militar enmarcado en la Guerra Fría pero algo sucedió esos años para que surgiera en una única ciudad tal cantidad de cantantes, músicos, compositores o arreglistas, tantos sellos y estudios míticos destinados a hacer historia; Sun Records, Stax, los estudios Ardent, la Hi Records de Willie Mitchell... y los American Sound Studios, fundados por Chips Moman en 1967.


Pinchar el disco es como pasear por lo mejor de la música sureña de la mano de musicazos como el guitarrista Reggie Young o Gene Chrisman (batería que nada tenía que envidiar a todo un Al Jackson, Jr. por ejemplo), miembros de la house band del estudio, The Memphis Boys, o de compositores como Dan Penn. Así, se van alternando clasicazos que suenan hoy aún mejor que hace 40 años caso de "The Letter" de los Box Tops, la preciosérrima "Angel Of The Morning" de Merrilee Rush, "Son-Of-A Preacher Man" de Dusty Springfield o el "You´ve Got My Mind Messed Up" de, todos de rodillas, James Carr junto a temas más oscuros como una increíble versión de "Dark End Of The Street" (una de las mejores canciones de la historia) a cargo del combo femenino The Glories o una "Let´s Do It Over" en la voz de L.C. Cooke (hermano de Sam). Pasión, intensidad, música inmortal, en definitiva; y como broche de oro, cerrando este viaje, "I´m Movin´ On" de cierto paisano de la ciudad.

viernes, 4 de mayo de 2012

THE PREFLYTE SESSIONS


Un chico criado en un ambiente culto y bohemio enamorado del folk; un introvertido chico de campo, hipersensible y bipolar; el hijo de una familia californiana acomodada de difícil personalidad; un músico curtido en el bluegrass que nunca había tocado el instrumento por el que sería reconocido; un doble de Brian Jones "reclutado" para atraer a las chicas. Cómo acabó este disfuncional conjunto siendo una de las bandas más influyentes de la historia es un misterio, o no. Porque ese enamorado del folk, Jim McGuinn, era alguien con una visión muy clara la cual le había llegado en forma de single de una banda de Liverpool; ese chicarrón de Kansas que respondía al nombre de Gene Clark resultaría un prolífico y mágico compositor, el secreto mejor guardado de los 60; el tal David Crosby, con su talento para las armonías estaba destinado a hacer historia; si Chris Hillman dominaba la mandolina, por qué no iba a hacerlo con el bajo, y por qué no iba a tener a buen recaudo el tarro de las esencias para cuando hiciese falta (que me aspen si las mejores canciones del superlativo Younger Than Yesterday no son las suyas); y Michael Clarke, al que conocieron tocando los bongos en la playa, no sería el mejor baterista de la historia pero compartir banqueta con reputados músicos de sesión como Hal Blaine y no notar la diferencia algo querría decir. Aunque puede que todo esto no significase nada si no fuera por Jim Dickson que al abrirle las puertas de los World Pacific Studios los cinco músicos pudieron aprender a base de ensayos lo que significaba convertirse en una banda.

AVISO: GENIO TRABAJANDO

Durante esos ensayos grabados verían la luz varios de los temas que conformarían su debut de 1965 y, lo que es más importante, vería la luz su sonido característico; ese sonido claro, preciso, a la par que denso y complejo, donde las melodías de Clark eran cinceladas por la guitarra de McGuinn y pulidas por las armonías de Crosby. Además de "I Knew I´d Want You", "It´s Not Use" o "You Won´t Have To Cry" adentrarse en estas cintas del sótano de los Byrds nos da la oportunidad de conocer gemas que no se incluirían en ninguno de sus trabajos. Piezas de incalculable valor como el pildorazo beat de "You Movin", que nos traslada de inmediato a la pista de baile del Ciro´s, la más garajera "Boston", la moderna elegancia jazzística de "The Airport Song" (The Byrds volando ya a ocho millas del suelo) o la melancólica belleza impregnada de lirismo de "You Showed Me", "For Me Again" y "The Reason Why". Como subir a lo alto de una colina a esperar el amanecer de una nueva jingle-jangle morning.