martes, 7 de febrero de 2012

NINA SIMONE AND PIANO!


Un piano huérfano al que se acerca una mujer dolorida y orgullosa y un estudio que llenar de notas a mitad de camino entre Monk y Mozart. La diosa negra ya está sentada ante ese lienzo en blanco. Con los latidos del corazón como metrónomo y la voz rotunda, seca, vomitada desde las entrañas. Una cita íntima con el fin de la civilización, con los paraísos perdidos, con aquellos a los que la realidad tumba una y otra vez, con los desesperados, con aquellos que simplemente suplican una primavera más, con los que entregaron su alma, en definitiva, con los que viven. This is "pure" Nina, reza la contraportada y es que nunca como aquí la diva canalizó el sufrimiento y la ira, sin tapujos, de manera pornográfica, hasta sublimarlos en una obra de arte que hay que mimar. Una obra de arte no apta para todos los públicos, que te deja hecho un ovillo en la cama, sin suficientes mantas con las que abrigarte, tiritando...de vida.