martes, 29 de enero de 2013

EVERYBODY'S IN SHOWBIZ


El mundo del espectáculo como fábrica de sueños y de pesadillas; la fama como fuente de oportunidades y frustraciones; la vida en la carretera como peaje que debe pagar toda estrella de la música; temas que han poblado el imaginario del rock n` roll desde que éste pasó a formar parte de la cultura popular. Como si de un diario de gira se tratase el que hacía el número catorce en la discografía de los Kinks ofrece una serie de viñetas que nos acercan a ese universo de anónimas ciudades y desnudas habitaciones de motel. De manera tan sincera como sardónica Ray Davies se erige a la vez en protagonista y cronista de ese mundo;  explora la soledad y la rutina que se agazapan tras las interminables horas entre concierto y concierto ("Here Comes Yet Another Day"); se cuestiona una realidad que quizás no sea tal ("Unreal Reality"); o se pregunta, lejos de su hogar, por sus raíces y qué pensarían sus amigos si lo viesen ahora ("Sitting In My Hotel") mientras Dave Davies lidia con las interioridades de la fama -de su fama- en "You Don't Know My Name" acompañado de una preciosa slide. Con todo, siempre habrá un momento para reírse de las incomodidades de esa vida (en "Motorway" nos avisan que "la comida de carretera es la peor del mundo ... y los efluvios de la gasolina los peores para inhalar") e, incluso, como en "Look A Little On The Sunnyside", deleitarse con sus contradicciones ("You Sing'em Blues/And They Ask You For A Happy Tune/And When You Start To Smile They Say/Gimme That Rhythm & Blues"). No nos olvidamos de "Celluloid Heroes", cuya bella, frágil y dramática atmósfera la erigen, no sólo en un inolvidable homenaje al mundo del cine sino en una de las canciones más hermosas de la década.

Grabado en los Morgan Studios de Londres con la participación de los metales del Mike Scott Trio, Everybody's In Showbiz, se completaba con una decena de temas registrados en vivo el mismo año de su edición (1972) en el Carnegie Hall neoyorquino. Vodevilesco, caótico -y alcohólico- venía a ser tanto un requiebro como una apostilla a este subestimado diario de carretera que Ray Davies y los suyos entregarían en forma de doble álbum.
  

sábado, 19 de enero de 2013

MIS 10 DE...

1) Blue Train (John Coltrane)
2) Maiden Voyage (Herbie Hancock)
3) The Real McCoy (McCoy Tyner)
4) Inner Urge (Joe Henderson)
5) Out To Lunch (Eric Dolphy)
6) The Sidewinder (Lee Morgan)
7) Our Man In Paris (Dexter Gordon)
8) Speak No Evil (Wayne Shorter)
9) Moanin' (Art Blakey & The Jazz Messengers)
10) Cool Struttin' (Sonny Clark)

martes, 15 de enero de 2013

OUR MAN IN PARIS


Tras una década "perdida" en la que llegaría a pisar la cárcel y durante la que alumnos como John Coltrane alcanzarían la categoría de maestros, Dexter Gordon dejaba atrás el olvido de la mano del sello Blue Note, con los que debutaría en 1961 con el disco Doin' Allright. Un año después, y en busca de mejores condiciones laborales -o quizás para evitar antiguas "tentaciones"- llegaría al viejo continente, encontrando un nuevo hogar en la fría Copenhague. Será no obstante la capital francesa el marco en el que se produciría el encuentro del saxofonista californiano con otros dos músicos estadounidenses exiliados por propia voluntad, el pianista Bud Powell y el baterista Kenny Clarke, quienes junto al nativo Pierre Michelot al contrabajo conformarían la base rítmica con la que en mayo de 1963 -siempre unidos mayo y París- registraría este Our Man In Paris.

Escuchar la interpretación de "Scrapple From The Apple", donde el saxo tenor de Gordon parece escupir fuego, despeja cualquier resquicio de duda que pudiera quedar sobre si el titánico solista de finales de los 40 estaba definitivamente de vuelta o no. Tal es su fuerza y exuberancia que el oyente no puede más que dar las gracias por que el siguiente tema sea una balada llena de lirismo, "Willow Weep For Me". De nuevo llega el momento de sacar músculo con "Broadway", cuyo desbordante ritmo y alegría es un vehículo perfecto para que Kenny Clarke acredite el título de "padre de la batería moderna" que los críticos le otorgaron. "Stairway To The Stars" es la segunda balada de la sesión, un paseo romántico y nocturno por la Ciudad de la Luz mientras que el tema que cierra el álbum, la imperecedera composición de Dizzy Gillespie -cita a otro estándar como "Summertime" incluida- "A Night In Tunisia", parece clamar a través de vertiginosas improvisaciones por el trono que el citado Coltrane, u otros colosos como Sonny Rollins, habían ocupado en su ausencia; en definitiva, un broche de oro perfecto para una obra maestra coronada con tan grahamgreeneriano título.


martes, 8 de enero de 2013

ALLAH-LAS


No es mal sitio la que se autoproclama mayor tienda de discos del mundo -Amoeba- para juntarse y fundar una banda y es que Allah-Las tomarían forma mientras sus componentes trabajaban en el almacén de la filial angelina de dicho establecimiento. Tampoco es mal sitio para ensayar el sótano de tu padre si como únicos testigos se encuentran sus viejas tablas de surf. Con atenuantes así no es difícil imaginar que sea el legado musical de la ciudad de Los Ángeles la que marca a fuego la música del combo; como si mientras ocupaban su tiempo en la trastienda de Amoeba únicamente pasaran por sus manos discos de los Byrds, The Doors, Love o los Standells, junto a viejos singles de garage, rhythm and blues y música surf instrumental. Doce temas producidos por Nick Waterhouse que consiguen remontar la etiqueta revivalista gracias a la personalidad de unas composiciones donde también se cuelan referencias menos obvias como la bossa nova; doce canciones eminentemente atmosféricas y evocadoras ya desde sus títulos ("Catamaran", "Ela Navega"...) que te van ganando con el tiempo a la vez que traen a tu cabeza de forma indistinta la imagen del Pacífico rompiendo sus olas contra la costa, los cactus del Joshua Tree o una fiesta en la playa alrededor de una hoguera. Una de las portadas más exquisitas de los últimos tiempos redondea un debut esperanzador. Ahora sólo queda esperar que llegue el buen tiempo y asome de nuevo el sol para que bajo su influjo canciones como "Busman's Holiday", "Long Journey", "Vis-a-Vis" o "Tell Me (What's On Your Mind)" refuljan en todo su esplendor.