viernes, 12 de octubre de 2012

MONEY JUNGLE


Hace 50 años, exactamente el 17 de septiembre de 1962, con los estudios Sound Makers de la ciudad de Nueva York como testigos, tuvo lugar una sesión de grabación que suponía el encuentro entre las cuatro paredes de un estudio de Duke Ellington, Charles Mingus y Max Roach; sesión de la que saldría  uno de los discos de culto de la historia del jazz. Un encuentro que de tratarse de un combate de boxeo podría haberse publicitado con una de esas hiperbólicas frases tipo "no se pierdan en la noche de hoy el enfrentamiento definitivo entre tradición y vanguardia...no esperen a que se lo cuenten" .

Al comienzo del tema homónimo el percusivo y casi violento bajo de Mingus, al que en seguida se une la batería de Roach, parecen retar al "viejo" Duke -que por entonces llevaba 40 años de carrera musical, más o menos la edad con la que contaban sus acompañantes- para que éste se adentre en territorio desconocido el cual en ese momento con su entrada al piano parece responder "estos beboppers, si cuando vosotros venís yo ya estoy de vuelta!". "Fleurette Africaine", acompañada de una minimalista percusión diríase tocada con las manos por el imaginativo baterista, es una exótica y exquisita pieza atmosférica, un ejemplo de la capacidad de la música para detener el tiempo y hacerte viajar mecido en sus notas. En la pieza de inspiración blues "Very Special" lo clásico se  vuelve moderno y viceversa mientras que los tres minutos y medio de la balada "Warm Valley" son un compendio de contención y delicadeza. La leyenda habla de falta de comunicación, de fricciones e incluso de un intento de abandono por parte del volcánico e impredecible contrabajista; escuchando la poderosa sinergia que desprenden "Wig Wise" y "Caravan" -con el Duque impartiendo toda una lección de sabiduría al piano - se hace difícil de creer. Como colofón, "Solitude", a esas alturas inolvidable estándar que desearías durara eternamente (y es que hay que ser de piedra para no derretirse con esa introducción).

Fue 1962 un año prolífico en cuanto colaboraciones para el compositor de "Mood Indigo"; antes que este paseo por la "jungla del dinero" tenía lugar el encuentro entre el músico de Washington y el saxofonista Coleman Hawkins que daría como resultado el disco Duke Ellington Meets Coleman Hawkins y ese mismo mes de septiembre se registraba el no menos mítico Duke Ellington & John Coltrane pero es Money Jungle el que con más intensidad brilla, desafiando a las luces de neón que ejercen de faro en las noches de la ciudad que lo vio nacer.

7 comentarios:

  1. Este disco es una maravilla. Uno de mis preferidos en los que aparece Duke, he de confesar que el jazz de big bands nunca me gustó demasiado, y por consiguiente quitando de las típicas, nunca me acerqueé a la obra de este gigante, pero es que en este disco demuestra que ningún pipiolo esta a su altura. Y eso que Mingus y Roach ya eran unos pesos pesados del jazz. Me ha encantado recordar este disco, mañana sábado será mi banda sonora. Saludos

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  2. ¡Lo adiviné, ja ja ja! Nada más empezar a leer me he acordado de la colabración que días después graba Duke con Trane, que no creo que brille con menos intensidad que "Money Jungle". Como es norma en tu casa, perfecta reseña de tan enorme disco.

    Un abrazo, Agente.

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  3. Chals: efectivamente es una maravilla, una exquisitez absoluta dentro de una obra rebosante de ellas ya sea en formato big band o cualquier otro.

    Gonzalo: no dejaste lugar a la sorpresa ja ja ja! El disco de Duke y Trane no es que brille "con menos intensidad" si no que -para mí- Money Jungle brilla (aún)con más intensidad...por matizar, digo jejeje. Aunque ahora pienso en ese "In a sentimental mood" que lo abre y...brrrr...

    Un abrazo a los dos.

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  4. Justamente queria desenpolvarlo hoy! Ya no tengo escuchas para pinchar este magnifico documento/obra maestra del jazz
    A+
    Tsi/Jesse

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    1. Sincronización bloguera, Tsi/Jesse...disfruta (de nuevo) esta maravilla!

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  5. Buf, ando muy pez con el jazz. El gran problema es que no sé por donde empezar. Sería mi perdicción, ja,ja,ja.

    Saludos

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    1. Si el jazz te atrapa sí que es tu perdición, es una música inabarcable y absorbente. Eso sí, hay que introducirse en ella si realmente apetece, no por obligación. Por si algún día decides darle una oportunidad y ante la dificultad suprema de responder a la pregunta de por donde empezar simplemente te diré los dos discos con los que yo me introduje en el jazz: "Kind of Blue" de Miles Davis y "Blue Train" de John Coltrane.
      Saludos.

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