jueves, 16 de agosto de 2012

TAMBOURINE



Un simple vistazo a los créditos del álbum, una vez repuestos de esos preciosos ojos verdes que iluminan la portada, y la necesidad de sumergirte en él es irrefrenable; no es para menos si hablamos de un trabajo que cuenta con George Drakoulias en los controles, cuyas guitarras están a cargo de Mike Campbell y Neal Casal y tiene como invitados a Gary Louris y Maria McKee haciendo coros. Aunque no nos engañemos, la verdadera estrella es la autora de los doce temas que componen Tambourine, Tift Merritt. Comparada, algo inevitable al tratarse de una mujer, con Lucinda Williams y Emmylou Harris, y sin negar que algunas de sus melodías remiten a la música de esas dos grandes damas (caso del evidente poso rootsy de "Laid A Highway" o la etérea belleza de "Plainest Thing") podríamos hablar de ella como de un cruce entre Dusty Springfield y Tom Petty. Pese a contar con un Grammy al mejor álbum de country contemporáneo su voz se acerca por momentos al soul y muchas de sus composiciones, como "Late Night Pilgrim", encajarían en cualquier radio al lado de los añejos hits del rubio de Florida (de hecho, "Wait It Out" no desentonaría en medio de Damn The Torpedoes). Mientras, el groove de "Your Love Made A U-Turn", la desvocada "I Am Your Tambourine", donde Merritt parece una jovencísima Tina Turner acompañada por Jerry Lee Lewis y la sensual cadencia de "Good Hearted Man", chisporroteando lentamente como las brasas que calientan nuestro herido corazón, sacan a la luz su lado más rythm and blues. Composiciones sorprendentemente maduras como "Stray Papers" o "Still Pretending" son realzadas por el sonido robusto y sin fisuras que aporta la producción de Drakoulias, redondeando un disco perfecto, ideal tanto para poner banda sonora a un largo viaje por carretera como para servir de refugio y bálsamo en una solitaria noche de insomnio.

miércoles, 1 de agosto de 2012

CRUCE DE CAMINOS (II)

Boomer´s Story: segundo disco consecutivo en el mismo año (1972) y primero de una serie de trabajos superlativos que no deberían faltar en la discoteca de ningún amante de la música americana de raíces. Repitiendo de nuevo en los controles con Lenny Waronker y Jim Dickinson, buena parte del álbum fue registrado en los Ardent Studios de Memphis y en Muscle Shoals a lo que si le añadimos, como en Ry Cooder es habitual, una lista de músicos que tira de espaldas y que incluye a Randy Newman, Jim Keltner, Milt Holland, Dan Penn o el bluesman Sleepy John Estes (a quien se tributa con dos temazos de su puño y letra como "Ax Sweet Mama" y "President Kennedy") explica por sí solo la grandeza de esta obra atemporal. Difícil resulta destacar algún tema por encima de otro así que hoy tocan la tradicional "Rally `Round The Flag", guiada por el "perezoso" piano de Newman, los arreglos dixieland (cortesía de George Bohanon) del espiritual "Comin´ In On A Wing And A Prayer", la fronteriza "Maria Elena", que encajaría sin problemas en una película de Peckinpah o la osada (por instrumental) versión de "The Dark End Of The Street" donde las notas de la slide van cayendo como lágrimas sobre la partitura de la imperecedera y emocionantísima composición de Penn y Moman.


Paradise And Lunch: a pesar de que objetivamente no se pude decir que la portada del cuarto álbum de Ry Cooder, editado en 1974, sea lo que se dice bonita yo le tengo cariño; será su aire artesanal o que me hace pensar en el anuncio de algún cinematográfico bar de carretra situado en la frontera con México donde toda clase de gangsters y fugitivos acuden a "llenar el buche" antes de cruzar Río Grande ("peliculero" que es uno). Centrándonos en la música hay que rendirse una vez más ante la capacidad de Cooder para reinventar y hacer suyas gracias a su talento como arreglista cualquier tema, sea éste un viejo blues de los años 30, un oscuro tema folk perdido en el tiempo o, como en el caso del "It´s All Over Now" de Bobby Womack, un tema soul agitado (el cóctel de la portada!) hasta servirlo a ritmo de calipso. El elgante R&B de "Tattler", coescrito por el mismo Cooder y el productor Russ Titleman o las definitivas relecturas del gospel "Jesus On The Mainline", vestido con unos increíbles vientos a lo Nueva Orleans, o la swingeante "Dittty Wah Ditty" (ese piano de Earl Hines hay que oírlo para creerlo) hacen de Paradise & Lunch uno de esos discos para llevarse a una isla desierta.