Pocos discos me impactaron tanto en los últimos 12 meses como ese Pull Up Some Dust And Sit Down donde, sin perder de vista el pasado, Ry Cooder puso banda sonora a estos tiempos que vivimos por lo que ya era hora de devolverle el favor glosando, desde esta humilde tribuna, las excelencias de una trayectoria (aunque nos centraremos en su discografía 70´s) guiada por el incondicional amor a la música.
Ry Cooder: tras colaborar con gente como Taj Mahal, Captain Beefheart, su colega Randy Newman y, cómo no, los Stones, en 1970 ve la luz el primer y homónimo trabajo del guitarrista californiano. Un recorrido lleno de blues por caminos y carreteras de grava en compañía de músicos como Chris Ethridge o los little feat Ritchie Hayward y Roy Estrada (de hecho la inicial "Alimony" encajaría sin problemas en Sailin´ Shoes). Composiciones de Woody Guthrie ("Do Re Mi"), Blind Willie Johnson (la sensacional versión instrumental de "Dark Is The Night" que cierra el álbum) o el ya mencionado Randy Newman (una "My Old Kentucky Home" que ese mismo año aparecía en el disco del autor de "Short People", 12 Songs donde a su vez participaba el propio Cooder) comparten espacio con el original "Available Space". Un trabajo con olor a habitación de motel destartalado y sabor a polvo en la garganta que desprende feeling por los cuatro costados; y quien no se lo crea tan solo tiene que pinchar cortes como "Police Dog Blues" o "How Can A Poor Man Stand Such Times And Live?".
Into The Purple Valley: al comienzo de la película de Hal Ashby Bound For Glory, aquí titulada Esta Tierra Es Mi Tierra, una tormenta de arena (estamos en los años de las grandes sequías del Dust Bowl) amenaza el hogar de un pintor de carteles de nombre Woody Guthrie quien tomará la decisión de abandonar las baldías tierras de Tejas en busca de un futuro mejor en los verdes y soleados campos californianos. Ese éxodo, que emprenderían muchos otros, es la inspiración para el que supuso el segundo álbum de Ry Cooder. Un ejercicio, producido por Lenny Waronker y Jim Dickinson, de recuperación de las canciones que pusieran banda sonora a ese viaje. Viaje que se inicia al son de "How Can You Keep Moving (Unless You Migrate Too)" y termina precisamente con el oscuro "Vigilante Man" del propio Guthrie. Entre medias, magistrales relecturas del "Hey Porter" de Johnny Cash, el "Money Honey" que popularizara Elvis 16 años atrás o el aroma tropical de "F.D.R. In Trinidad" para un disco donde la slide y la mandolina de nuestro protagonista nos invitan a patear el suelo mientras seguimos su sincopado ritmo.
Agente qué dos discos más mimosin blues! Son la cosa más cálida, entrañable y verdadera que en realidad es lo que nos dan esos discos grabados en los setenta.
ResponderEliminarRyland es uno de los grandes!
A mi, no me preguntes por qué me gusta tanto su voz como su guitarra. Le adoro y su último disco es SOBERBIO, POM. Un abrazo del incondicional de la Limo.
Si señor dos discazos perfectamente retratados aquí, Cooder es un grande, grande de veras... Buen trabajo Agente.
ResponderEliminarUn abrazo.
Joserra: "Mimosin blues". En invierno te sirven para abrigarte y en verano son como una ventana abierta por la que entra la brisa. Por fín alguien destaca su voz, me cansa leer que no está a la altura de las canciones y zarandajas así, su voz es auténtica.
ResponderEliminarAddison: Espero que disfrutes del resto de las entregas. Por cierto, creo que ya está a punto de sacar nuevo disco con las elecciones americanas de noviembre como leit-motive(otro veterano que no para).
Un abrazo a los dos!!!