Bueno, al final tenía que suceder y sin que sirva como precedente aquí está la primera reseña "cinera" (como diría el amigo Guzz) que publicamos en Long Black Limousine. La elegida resultará muy obvia pero seguro que sabréis ser benevolentes... o eso espero.
La reina del baile
Con una Palma de Oro concedida por el Festival de Cannes en 1990 a Corazón Salvaje (particular cuento de hadas en clave de road movie donde conviven El Mago de OZ, Elvis, Sergio Leone y Edward Hopper) y con la primera temporada de Twin Peaks convertida en un fenómeno de masas gracias al enigma de "quién mató a Laura Palmer" David Lynch se encuentra en la tesitura de tener que desvelar dicho misterio antes de tiempo, presionado por los productores. La maniobra pronto se revela equivocada pues una vez descubierta la identidad del asesino la audiencia de la serie comienza a descender de manera irremediable lo que está a punto de acabar con su cancelación antes siquiera del fin de su segunda temporada, a la postre cierre precipitado de una serie que había supuesto un punto y aparte en la historia de la televisión.
La reina del baile
Con una Palma de Oro concedida por el Festival de Cannes en 1990 a Corazón Salvaje (particular cuento de hadas en clave de road movie donde conviven El Mago de OZ, Elvis, Sergio Leone y Edward Hopper) y con la primera temporada de Twin Peaks convertida en un fenómeno de masas gracias al enigma de "quién mató a Laura Palmer" David Lynch se encuentra en la tesitura de tener que desvelar dicho misterio antes de tiempo, presionado por los productores. La maniobra pronto se revela equivocada pues una vez descubierta la identidad del asesino la audiencia de la serie comienza a descender de manera irremediable lo que está a punto de acabar con su cancelación antes siquiera del fin de su segunda temporada, a la postre cierre precipitado de una serie que había supuesto un punto y aparte en la historia de la televisión.
Expectativas
Dos años después, nuevamente el Festival de Cannes, silencio, algún que otro abucheo, pataleos. Se acaba de proyectar Twin Peaks: Fuego Camina Conmigo. De la misma manera que una parte importante de la crítica se había rendido a la obra del cineasta de Montana hasta coronarla con la concesión de la citada Palma de Oro otra no menos relevante parte de ella ya había levantado la voz por dicho premio acusando a la película -y al cine de Lynch en general- de violenta y pornográfica. Sólo haría falta el anuncio del regreso de una película suya a las pantallas del festival para que los cuchillos comenzaran a afilarse, más cuando se conoció qué clase de proyecto era: una (supuesta) continuación de la serie que lo había encumbrado -momentáneamente y por última vez- ante el espectador medio. Por otro lado, buena parte de los amantes de Twin Peaks se sintieron extrañados ante una película donde a duras penas podían reconocer las señas de identidad del universo de aquella, no digamos ya los que la desconocían o no la habían seguido. Si a todo esto le añadimos una mala distribución, el fracaso estaba cantado.
Fuego Camina Conmigo nace de la necesidad de volver a un personaje muy querido por el director, personaje además muerto antes de tiempo, y por partida doble: en el tiempo fílmico y en el real (debido a la cancelación de la serie en 1991). Pero, ¿realmente a alguien que siguiese la trayectoria del director le pudo
sorprender el enfoque del nuevo proyecto? David Lynch nunca ha ocultado ser un autor -no digamos ya tras su experiencia en Dune- que trabaja en primer lugar para él mismo. Sí, esto es Twin Peaks pero no vuestro Twin Peaks, los títulos de crédito de la película así lo atestiguan: perfilados y enmarcados por la luz que emana de un televisor mal sintonizado, formando una imagen hipnótica que se ve interrumpida por el grito en off de una mujer a la par que un hacha destroza violentamente dicho aparato. Luego, la aparición de un cadáver femenino pero no el cuasivirginal cuerpo fallecido de Laura Palmer sino el corrupto cuerpo de Teresa Banks, a cuyo asesinato se había remitido el agente Cooper en el episodio piloto. Por si no quedaran claras las diferencias con el producto catódico, la localidad donde es descubierta poco tiene que ver con el pueblo de Twin Peaks; en Deer Meadows (donde transcurre la primera media hora del filme) no hay sitio para la disposición, amabilidad y franca amistad del sheriff Truman, ni para deliciosos cafés recién hechos o apetecibles tartas de cereza, ni siquiera el agente especial encargado del caso, Chester Desmond (Chris Isaak), se parece al agente Cooper, carece de su bonhomía y de su sentido del humor. Y es que en el viejo/nuevo universo de Fuego Camino Conmigo no encontraremos rastro del sentido del humor que caracterizaba la serie. Deer Meadows es el reverso del pueblo de Twin Peaks, Fuego Camina Conmigo es Twin Peaks revelada en negativo y observada al microscopio. Sin maquillaje. Sin difuminar. La misteriosa desaparición del agente Desmond en el transcurso de la investigación y la posterior llegada de Dale Cooper así como las primeras notas de la conocida sintonía son el preámbulo para situar al espectador una vez más ante el letrero que da la bienvenida a los visitantes de la ciudad maderera. Ha transcurrido un año del asesinato de Teresa Banks.
Garmonbozia
Garmonbozia
Pocos mundos de ficción estaban tan bien sedimentados como los de la serie original pero ahora vamos a ser testigos directos de los últimos siete días de vida de Laura Palmer, vamos a conocer de primera mano a un personaje al que hasta ahora -como ocurría con el personaje homónimo de la película de Preminger- conocíamos por lo que los demás -enamorados de ella de una u otra manera- nos habían contado. Nos encontramos con una Laura Palmer que lleva desde los 12 años siendo visitada por el espíritu maléfico de Bob, el cual está a punto de conseguir su ansiada presa; lo único que la mantiene viva es alejar del abismo de prostitución y cocaína al que ella cayó irremediablemente tiempo atrás a su amiga Donna, interpretada en esta ocasión por una actriz distinta ante la negativa de Lara Flynn Boyle de repetir papel, lo que en nuestra opinión en vez de ser un perjuicio enriquece las posibles lecturas: no solo -evidentemente- los físicos son distintos sino que las actitudes de la Donna de la película y de la serie también, ¿no es por tanto posible que la muerte de su mejor amiga la lleve a experimentar ambos cambios al unísono? Aunque si algo puede provocar que nos replanteemos ese "mundo[...] de ficción (...) tan bien sedimentado[...]" es la visión del personaje del padre de Laura, Leland Palmer; si en Twin Peaks el personaje interpretado por Ray Wise parecía verdugo y víctima a la vez, aquí Bob no parece ser más que una máscara, una excusa para cometer los actos que tanto tiempo lleva anhelando cometer ("te pareces tanto a mi hija", le dice al personaje de Teresa Banks en uno de sus encuentros sexuales). Finalmente, y aquí es donde se revela calladamente subversiva, Fuego Camina Conmigo es una letal inmersión en lo más oscuro de la segura y feliz vida hogareña. Hogar que tras ser despojado de las cortinas que lo ocultaban del exterior deja ver un infierno de incesto, abusos y violencia paterna. Véanse secuencias como las de la cena en que un magistral Ray Wise, poseído gradualmente por Bob, acosa a su hija para que se lave las manos ante una impasible y muda madre para después llamar a su cuarto y pedirle perdón (¿o para despedirse de ella una vez que sabe -ambos lo saben- que el fin se acerca?).
Pero a su vez, el espectador atento es recompensado con la resolución -si eso es posible en el universo lynchiano- de algunas de las incógnitas que habían quedado abiertas tras la abrupta cancelación del serial. Sabremos de la naturaleza del lazo de unión existente entre el Manco y el Enano y apariciones como las de Annie, la novia de Cooper, en un sueño de Laura o de nuevos personajes como los del agente Jeffries (David Bowie), un agente con la capacidad de viajar en el tiempo (de ahí que conozca a Cooper aunque éste a él no e intente avisar infructuosamente a Gordon Cole y Albert Rosenfield, conocedor del destino que le depara tras quedar atrapado en la Logia Negra) confieren -en un nuevo requiebro de David Lynch- a la película el carácter de precuela/secuela (como en la Habitación Roja, el tiempo no sigue una estructura lineal). Con la escena del asesinato Lynch supera todo lo que podíamos haber imaginado; uno de los momentos más terroríficos del cine moderno que a duras penas puede redimir ese final que reúne a Laura Palmer (contrariamente a la opinión general la interpretación de Sheryl Lee nos parece soberbia) con el agente especial Dale Cooper, convertido ahora en su ángel custodio.
Desdeñosamente tratada -aunque reconozcamos que carece de la perfección de Terciopelo Azul o de que para su disfrute se deba estar empapado de las claves de su precedente televisivo- Fuego Camina Conmigo se revela como un filme clave en el cánon lynchiano, pues aún compartiendo las características formales de esta fase de su carrera (profusión de planos fijos para acentuar la sensación de desconcierto o extrañamiento, el uso de claroscuros, etc.) se puede entender como el primer y necesario paso (visto con la perspectiva del tiempo la escisión que sufre Leland Palmer no es tan distinta a la de los personajes de Bill Pullman o Naomi Watts, al igual que el tratamiento mobiusiano del tiempo) hacia la radical trilogía que abriría en 1997 la alambicada Carretera Perdida.
Pero a su vez, el espectador atento es recompensado con la resolución -si eso es posible en el universo lynchiano- de algunas de las incógnitas que habían quedado abiertas tras la abrupta cancelación del serial. Sabremos de la naturaleza del lazo de unión existente entre el Manco y el Enano y apariciones como las de Annie, la novia de Cooper, en un sueño de Laura o de nuevos personajes como los del agente Jeffries (David Bowie), un agente con la capacidad de viajar en el tiempo (de ahí que conozca a Cooper aunque éste a él no e intente avisar infructuosamente a Gordon Cole y Albert Rosenfield, conocedor del destino que le depara tras quedar atrapado en la Logia Negra) confieren -en un nuevo requiebro de David Lynch- a la película el carácter de precuela/secuela (como en la Habitación Roja, el tiempo no sigue una estructura lineal). Con la escena del asesinato Lynch supera todo lo que podíamos haber imaginado; uno de los momentos más terroríficos del cine moderno que a duras penas puede redimir ese final que reúne a Laura Palmer (contrariamente a la opinión general la interpretación de Sheryl Lee nos parece soberbia) con el agente especial Dale Cooper, convertido ahora en su ángel custodio.
Desdeñosamente tratada -aunque reconozcamos que carece de la perfección de Terciopelo Azul o de que para su disfrute se deba estar empapado de las claves de su precedente televisivo- Fuego Camina Conmigo se revela como un filme clave en el cánon lynchiano, pues aún compartiendo las características formales de esta fase de su carrera (profusión de planos fijos para acentuar la sensación de desconcierto o extrañamiento, el uso de claroscuros, etc.) se puede entender como el primer y necesario paso (visto con la perspectiva del tiempo la escisión que sufre Leland Palmer no es tan distinta a la de los personajes de Bill Pullman o Naomi Watts, al igual que el tratamiento mobiusiano del tiempo) hacia la radical trilogía que abriría en 1997 la alambicada Carretera Perdida.
Garmonbozia, las logías blanca/negra, la electricidad, los arboles (y la madera), los doppelganger, los entes de las mentadas casas, los anillos y su simbolismo... No acabaríamos. Mucho, lo indecible, más que "¿quién mató a...?", para quien tenga las ganas de perderse en el vasto contenido cuasi imposible que subyace y que, curiosamente, ofrece más respuestas de las que se puedan sospechar a priori y por mucho que medien términos tan recurrentes como "onírico" o "surreal" (etc) a tutiplén... Una pesadilla encerrada en un laberinto de cuento de hadas y al revés es lo que nos ofrecieron Lynch y en -mucha- menor medida Frost en lo que sigo considerando lo mejor que me ha ofrecido jamás la "caja burra" (con el único permiso del Flying Circus, si se me permite y aún en un registro tan distinto... o quizá no tanto, al ídem) con holgada diferencia... Rematado con este film que es precuela y secuela a la vez como tan bien apuntas y que, de hecho, es un regalo casi exclusivo dirigido a los (que estamos) rendidos/enfermos a esta irrepetible historia... Un tipo que es capaz de juntar "El hombre elefante", el universo Twin Peaks o una absoluta preciosidad como esa "A straight story" (y sin perdernos en terciopelos, carreteras y demás para no eternizar) en una sola carrera tiene la inmortalidad asegurada y sin ya más a añadir. Espectacular Coops, que más consecuente no se puede ser con esta primera entrada "cinera", pero admito que su humilde servidor con Twin Peaks, como con Groucho, Vian, Lang o Cooke no puede ni podrá ser jamás objetivo, por mucho que lo intente. Fire walk with us forever, ni qué decir, y abrazo guzzero !
ResponderEliminarGran entrada sobre una película tan genial como incomprendida. Creo que negarse a hacer el cierre de Twin Peaks y decidirse a hacer de Fuego Camina Conmigo una precuela con un tono tan diferente fue todo un acierto. Es verdad que cuando Lynch se desentendió un tanto de la serie ésta perdió mucho, aunque esos episodios con momentos en plan culebrón tienen su encanto. Pero cuando terminó Corazón Salvaje y volvió a hacerse con las riendas, quitándole la camisa de franela al agente Cooper, hizo unos últimos episodios épicos. Claro que lo ideal hubiera sido que Lynch hubiera podido terminar la serie como hubiera querido, pero también hubiera sido un error haber intentado dar el cierre en dos horas de película. Han pasado muchos años y sigo viendo Twin Peaks cada cierto tiempo, no echo de menos la conclusión. Para mí, y a pesar de lo que los detractores de Lynch le echan en cara, lo que caracteriza de verdad a su obra no es que haga "cosas mu raras", es la calidad de su trabajo, su originalidad y su maestría. Si hay pintura o música surrealista, ¿por qué no va a poder haber cine surrealista? ¿Cuánta gente habrá que ha intentado hacer cosas parecidas para fracasar estrepitosamente, aburrir y provocar risa? Está claro que Carretera Perdida o Mulholland Drive no son para todo el mundo, y no digamos Cabeza Borradora, pero con El Hombre Elefante o Una Historia Verdadera, quien no sepa ver la enorme categoría de Lynch es que tiene un problema.
ResponderEliminarDe Lynch, si me dan a elegir, yo me quedo con Carretera Perdida, la primera vez que la ví me descolocó tanto a partir de la fuga psicogénica de Fred Madison, llegó a parecerme una chorrada y renegué de ella durante un tiempo, pero está claro que me quedó dentro, al cabo de cierto tiempo, algún que otro año, me pillé la versión con idioma original y sin subtítulos ni nada en vhs, no la encontraba de otra forma, (antes de que tuviera dvd, que tiempos), y pienso que con el segundo o tercer visionado de esa cinta nunca he disfrutado tanto con una película, algo impresionante.
Saludos.
Guzz: aquí seguimos, en pleno 2014 hablando de las logias, las lechuzas, etc. Decididamente el universo creado por Lynch y cia. llegó para quedarse (y qué 'gustito' sumergirse en él cada cierto tiempo), y eso que algunos accedimos a él años después de su estreno. Por cierto, ya ves que he omitido en la entrada adjetivos tan manidos como "onírico", "surreal" o "bizarro"... o eso creo jejeje.
ResponderEliminarGonzalo Ramos: lo ideal, efectivamente, habría sido que Lynch hubiese cerrado la serie como él quería pero el paso que dio con "Fuego..." fue muy acertado. Totalmente de acuerdo con lo uqe de verdad caracteriza su obra, cuán ridículas suelen ser esas películas que algún iluminado califica como "lynchiana" simplemente porque hay alguna escena (presuntamente) 'onírica'.
Saludos a ambos.