jueves, 18 de diciembre de 2014

FRANCES THE MUTE


Tras enterrar en los albores del nuevo milenio a su anterior banda, At The Drive-In, el guitarrista Omar Rodríguez-López y el vocalista Cedric Bixler Zavala dieron forma a un nuevo proyecto con el que dar rienda suelta a su vertiente más arriesgada y experimental: The Mars Volta. Producido por Rick Rubin, su primer larga duración (De-Loused In The Comatorium, 2003) estaba inspirado en la muerte de su amigo Julio Venegas, un artista que se había suicidado después de sobrevivir a un coma inducido por una sobredosis. Convertido en un sorprendente éxito de crítica y público, su continuación nos llegaría dos años después. Abrazando de nuevo el formato conceptual, en esta ocasión tendría su luctuoso origen en unos diarios encontrados en posesión del teclista e ingeniero de sonido del grupo, Jeremy Michael Ward, fallecido por una sobredosis de heroína tras la edición del susodicho debut. De esos escritos, en los que un huérfano narraba la búsqueda de sus raíces, saldría la inspiración para Frances The Mute a través de cuyos surcos conoceremos la historia de Vismund Cygnus, apartado de su madre sordomuda nada más nacer por los mismos sacerdotes que la violaron y asesinaron, objeto ahora de la caza de un Vismund, drogadicto y seropositivo, que vende su cuerpo buscando infectar a los culpables. Jodorowsky en ácido soñando a Buñuel. Un cuento bilingüe de sexo, muerte, culpa, venganza y ¿renacimiento? narrado por las crispadas, retorcidas -y finalmente bellas- melodías vocales de Cedric.


Sin Rubin para coartar su visión, Omar Rodríguez-López se erige en director/dictador del combo obligando a los músicos -al igual que en los inconmensurables discos eléctricos de Miles Davis- a grabar sus partes sin conocer ni escuchar el trabajo previo de sus compañeros. "Cygnus... Vismund Cygnus", "Miranda That Ghost Just Isn't Holy Anymore" y la monumental (¡32 minutos!) "Cassandra Geminni": tres suites, con sus respectivos movimientos, proyectando abigarradas sombras de rock progresivo, enajenada psicodelia, free jazz, vanguardia atonal, ritmos afro-cubanos, música ambiental o furia hardcore; la oscura súplica de "The Widow" (único tema que se pliega al formato "tradicional" de canción) y el brillante número latino de "L'Via L'Viaquez". Cinco temas mutantes, cinco composiciones corruptas que se extienden más allá de la hora y cuarto de duración sin solución de continuidad, merced a los interludios y pasajes que terminan de dar forma a una propuesta -la de los chicos de El Paso- que no todos aceptarán. Una propuesta excesiva, perturbadora pero también desafiante y apasionada. Del oyente dependerá hincar la rodilla sin armisticio previo o llegar al final. Una experiencia que en tiempos de consumo adocenado, aleatorio (y digital), volvía a poner de relieve la figura del álbum, del disco, como objeto artístico total. Un todo donde letras, música, portada, títulos, presentación, fotos participan de una misma experiencia. La del arte vivo. La del arte con mayúsculas.

6 comentarios:

  1. Excelente entrada (da gusto leerte, Agente) que me hará tirarme a por el disco. En fin, que ya puedes hablar del tomate chileno o la gallina francesa, amigo, que siempre te salen textos fascinantes. Muy bien.

    Un abrazo.

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    1. Pues del tomate chileno te digo que como el de aquí, el de casa, recogido en el verano, ninguno... jejeje. Bromas aparte, gracias de nuevo por lo del texto; es una banda y un disco que adoro, ya me dirás qué te parecen los Afro Twins de El Paso.

      Abrazos.

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  2. Estoy de acuerdo con Gonzalo, una reseña buenisima, no conocia esta historia y la cuentas tan bien que me han entrado unas ganas de indagar y darle al disco que no veas.
    Abrazo.

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    1. Te digo lo mismo que a Gonzalo, Addi. Me alegra picarte el gusanillo. The Mars Volta se disolvieron el año pasado tras seis discos para mí ya como una banda clásica de este milenio.
      Un abrazo.

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  3. ¿Perdón? Esto es un discazo como una catedral, santo Dios. La historia de Frances, la forma en la que van trazando una historia de represión, venganza e injusticia mientras esas composiciones que tanto recuerdan a Zappa, Rush y al Jazz, se salen. The Mars Volta fue una de las bandas más importantes del siglo XXI; lo que pasa es que, tanto Omar como Cedric se cansan de sus proyectos rápidamente.

    Si no has escuchado At The Drive In (la banda que tenían antes), te recomiendo que te bajes el Relationship of Command. Felices fiestas :)

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    1. Totalmente de acuerdo, Alex, Mars Volta son una de las bandas, si no LA banda, del s.XXI. Que Omar y Cedric sean tan 'culos de mal asiento' es parte de su encanto jejeje.
      Felices fiestas para ti también.

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