martes, 15 de noviembre de 2011

KRISTOFFERSON


Una serie de postales teñidas de melancolía y frustración, viñetas protagonizadas por personajes en busca del deseo y una efímera redención. Una portada así no deja lugar a dudas sobre qué encontraremos en su interior.

Como si de "Rainy Day Women #12 & 35" se tratase "Blame It On The Stones" abre el disco con su aire de cacharrería, dejando en evidencia la hipocresía de los llamados padres de la patria en una época de guerras y  asesinatos políticos. "To Beat The Devil" es una esperanzadora oda confesional, un agradecimiento a Johnny Cash y June Carter por su ayuda para vencer a ese diablo con forma de botella. No es posible decir algo nuevo sobre la que simplemente es una de las mejores canciones jamás escritas, "Me And Bobby McGee", con versos que parecen salidos de la boca de un forajido de Peckinpah ("libertad es sólo otra forma/de decir nada que perder/y nada no es más que nada, pero es gratis").

La trotona "Best Of All Possible Worlds" se ve empequeñecida al encontrarse entre el inmortal tema que popularizaría Janis Joplin y "Help Me Make It Through The Night", la ardiente súplica a una amante (una prostituta?) para que conceda algo más que su cuerpo. De nuevo la reivindicación y la evidencia de la fractura generacional hacen acto de presencia en "The Law Is For Protection Of The People" mientras que la cinematográfica "Casey´s Last Ride", el encuentro entre dos almas perdidas en una ciudad poblada por almas no menos perdidas que las de los dos protagonistas, es una de las composiciones más subvaloradas del cancionero de la época que de venir firmada por cierto genio huraño de Duluth tendría otra consideración. Buscando acercar Nashville y Los Ángeles aparecen la cálida "Just The Other Side Of Nowhere" y la triste "Darby´s Castle".

Ahora estamos ante "For The Good Times", ante el último beso, el último roce, ante la última mirada, la última noche, ante una de las más hermosas canciones de amor ("Lay your head upon my pillow/Hold your warm and tender body close to mine/Hear the whisper of the raindrops blowin´ soft against the window/And make believe you love me one more time/For the good times"). Y nos mecemos en una nube de la que a duras penas nos podrán bajar las cuerdas de "Duvalier´s Dream" y cuando lo hagamos solamente tendremos como asidero las emocionantes voces a lo Simon & Garfunkel que guían el estribillo de la elegíaca "Sunday Mornin´ Comin´ Down", bella manera de acabar el viaje.

Lo que hoy llamamos country alternativo estoy seguro que no existiría sin elepés como éste.

4 comentarios:

  1. Cada cierto tiempo vuelvo a el. Me parece uno de los tipos con la musica mas pura, mas humana y mas autentica.

    Buena entrada, si señor. El tio esta envejeciendo de cojones de bien.

    Clave en la musica americana. Viendo la fantastica peli de Bridgess (no me acuerdo del titulo ahora mismo joder..) por la que ganó el Oscar, no se me quita de la cabeza Kristoferson en todo el metraje.

    Un grande de verdad.

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  2. Descubrí este disco tirando del hilo de un actor compositor del Bobby McGee de la Joplin, y me encantó. Llevo tiempo sin oirlo pero voy a guardarme esta entrada en favoritos para escucharlo mientras releo tu texto. Saludos.

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  3. Mansion, desde luego es una de las figuras más auténticas (y carismáticas) que te puedes encontrar.

    Johnny, al césar lo que es del césar, la versión de Janis es un clásico pero hay que reivindicar al original,

    Edu, bienvenido, sencillamente brutal en efecto, es un disco con una colección de composiciones insuperable.

    Saludos!!!

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