Hace un par de días en un programa de radio empezó a sonar "She Walks In So Many Ways" y en ese momento, ya metido en la madrugada, fui más consciente que nunca que estaba ante una banda clásica aunque enseguida me inundó una agridulce sensación de nostalgia. Nostalgia acentuada por las recientes crónicas de amigos blogueros como Joserra y Addison, testigos de la última visita de los de Minneapolis, de la tensión en el escenario entre Louris y Olson y del aroma de punto ¿y final? de la aventura que se desprendía de las propias palabras de Karen Grotberg. Mockingbird Time me sigue pareciendo una delicia, me da igual que no sean amigos, no hace falta que lo sean, no tienen que quedarse toda la noche compartiendo cervezas en el estudio tras una sesión de grabación, por mí como si Mark Olson sale a escena con la camiseta de "Who The Fuck Is Gary Louris?". Una reseña escrita en un periódico pasaba por alto el concierto para centrarse casi exclusivamente en el hecho de que si algún espectador se acercaba a ver al grupo sin conocerlo, empujado por las palabras de algún fan, se decepcionaría porque The Jayhawks no cambiarían el curso de la música (como si eso lo hubieran hecho tantos); pues bien, el pulso de mis días si lo cambia y eso me basta.
Y es que aún recuerdo el subidón de encontrar Tomorrow The Green Grass tras tanto tiempo buscándolo y correr hacia mi piso de estudiante para poder escuchar al fin ese álbum del que tanto había oído hablar (¿os acordáis cuando algunos discos se compraban a ciegas?). Empezó a sonar "Blue" y quedé atrapado para siempre; luego vino un viaje atrás en el tiempo y llegó Hollywood Town Hall con "Waiting For The Sun", "Two Angels" o "Settled Down Like Rain"; el siguiente sería Sound Of Lies y su aura de oscura y maldita obra maestra; Smile, con sus errores y aciertos; y mi ojito derecho, Rainy Day Music, con permiso de TTGG el disco de los Jayhawks que más he escuchado, cuántas veces me he visto reflejado en los ojos de Sarah Jane, cuántas veces me he emocionado con el estribillo de "All The Right Reasons" y ese "todo lo que sé es que te amo por las razones correctas".
En 2009 unas fechas en España reunía de nuevo a la formación "que todos queríamos", se reeditaba su debut de 1986, una obra cargada de heno con alguna joya por descubrir como "King Of Kings" y nos plantábamos en 2011 con la noticia de un nuevo disco, el citado Mockingbird Time, la continuación de TTGG, espadas en todo lo alto, decepcionante para muchos, colección que el tiempo pondrá en su sitio para otros. Por supuesto que la próxima vez que haga sonar HTH no voy a pensar en si Olson sigue o no con el grupo o siquiera si los Jayhwaks siguen adelante pero sí que esa sensación de nostalgia -aunque también de pura y duradera emoción- me invadirá de nuevo.