lunes, 3 de septiembre de 2012

MIS 10 DE...

Pronto tendremos de nuevo por aquí a Ry Cooder pero resulta difícil recordar a Ford sin que te "asalte" la imponente figura de El Duque. Además, hoy emiten por televisión El Hombre Que Mató A Liberty Valance; una película en blanco y negro, en abierto y en horario de máxima audiencia -y "de vaqueros"!!!-. ¿Será que no todo está perdido?...




1) Centauros Del Desierto
2) Río Bravo
3) El Hombre Tranquilo
4) El Dorado
5) El Hombre Que Mató A Liberty Valance
6) Fort Apache
7) La Legión Invencible
8) Río Rojo
9) Hatari!
10) La Diligencia

jueves, 16 de agosto de 2012

TAMBOURINE



Un simple vistazo a los créditos del álbum, una vez repuestos de esos preciosos ojos verdes que iluminan la portada, y la necesidad de sumergirte en él es irrefrenable; no es para menos si hablamos de un trabajo que cuenta con George Drakoulias en los controles, cuyas guitarras están a cargo de Mike Campbell y Neal Casal y tiene como invitados a Gary Louris y Maria McKee haciendo coros. Aunque no nos engañemos, la verdadera estrella es la autora de los doce temas que componen Tambourine, Tift Merritt. Comparada, algo inevitable al tratarse de una mujer, con Lucinda Williams y Emmylou Harris, y sin negar que algunas de sus melodías remiten a la música de esas dos grandes damas (caso del evidente poso rootsy de "Laid A Highway" o la etérea belleza de "Plainest Thing") podríamos hablar de ella como de un cruce entre Dusty Springfield y Tom Petty. Pese a contar con un Grammy al mejor álbum de country contemporáneo su voz se acerca por momentos al soul y muchas de sus composiciones, como "Late Night Pilgrim", encajarían en cualquier radio al lado de los añejos hits del rubio de Florida (de hecho, "Wait It Out" no desentonaría en medio de Damn The Torpedoes). Mientras, el groove de "Your Love Made A U-Turn", la desvocada "I Am Your Tambourine", donde Merritt parece una jovencísima Tina Turner acompañada por Jerry Lee Lewis y la sensual cadencia de "Good Hearted Man", chisporroteando lentamente como las brasas que calientan nuestro herido corazón, sacan a la luz su lado más rythm and blues. Composiciones sorprendentemente maduras como "Stray Papers" o "Still Pretending" son realzadas por el sonido robusto y sin fisuras que aporta la producción de Drakoulias, redondeando un disco perfecto, ideal tanto para poner banda sonora a un largo viaje por carretera como para servir de refugio y bálsamo en una solitaria noche de insomnio.

miércoles, 1 de agosto de 2012

CRUCE DE CAMINOS (II)

Boomer´s Story: segundo disco consecutivo en el mismo año (1972) y primero de una serie de trabajos superlativos que no deberían faltar en la discoteca de ningún amante de la música americana de raíces. Repitiendo de nuevo en los controles con Lenny Waronker y Jim Dickinson, buena parte del álbum fue registrado en los Ardent Studios de Memphis y en Muscle Shoals a lo que si le añadimos, como en Ry Cooder es habitual, una lista de músicos que tira de espaldas y que incluye a Randy Newman, Jim Keltner, Milt Holland, Dan Penn o el bluesman Sleepy John Estes (a quien se tributa con dos temazos de su puño y letra como "Ax Sweet Mama" y "President Kennedy") explica por sí solo la grandeza de esta obra atemporal. Difícil resulta destacar algún tema por encima de otro así que hoy tocan la tradicional "Rally `Round The Flag", guiada por el "perezoso" piano de Newman, los arreglos dixieland (cortesía de George Bohanon) del espiritual "Comin´ In On A Wing And A Prayer", la fronteriza "Maria Elena", que encajaría sin problemas en una película de Peckinpah o la osada (por instrumental) versión de "The Dark End Of The Street" donde las notas de la slide van cayendo como lágrimas sobre la partitura de la imperecedera y emocionantísima composición de Penn y Moman.


Paradise And Lunch: a pesar de que objetivamente no se pude decir que la portada del cuarto álbum de Ry Cooder, editado en 1974, sea lo que se dice bonita yo le tengo cariño; será su aire artesanal o que me hace pensar en el anuncio de algún cinematográfico bar de carretra situado en la frontera con México donde toda clase de gangsters y fugitivos acuden a "llenar el buche" antes de cruzar Río Grande ("peliculero" que es uno). Centrándonos en la música hay que rendirse una vez más ante la capacidad de Cooder para reinventar y hacer suyas gracias a su talento como arreglista cualquier tema, sea éste un viejo blues de los años 30, un oscuro tema folk perdido en el tiempo o, como en el caso del "It´s All Over Now" de Bobby Womack, un tema soul agitado (el cóctel de la portada!) hasta servirlo a ritmo de calipso. El elgante R&B de "Tattler", coescrito por el mismo Cooder y el productor Russ Titleman o las definitivas relecturas del gospel "Jesus On The Mainline", vestido con unos increíbles vientos a lo Nueva Orleans, o la swingeante "Dittty Wah Ditty" (ese piano de Earl Hines hay que oírlo para creerlo) hacen de Paradise & Lunch uno de esos discos para llevarse a una isla desierta.

lunes, 23 de julio de 2012

FUNKTABULOSO

Yo a lo mio...¿quién necesita "americana" teniendo "africana"? Esto podéis encontrarlo junto a otras ambrosías en el recopilatorio World Psychedelic Classics 3: Love´s A Real Thing-The Funky Fuzzy Sounds Of West Africa.

¿No es más Funkadelic que Funkadelic?...¿no aparecen por ahí MC5?...como un viaje de ida y vuelta-y sin escalas-de Lagos a Detroit!!!!

lunes, 16 de julio de 2012

CRUCE DE CAMINOS (I)

Pocos discos me impactaron tanto en los últimos 12 meses como ese Pull Up Some Dust And Sit Down donde, sin perder de vista el pasado, Ry Cooder puso banda sonora a estos tiempos que vivimos por lo que ya era hora de devolverle el favor glosando, desde esta humilde tribuna, las excelencias de una trayectoria (aunque nos centraremos en su discografía 70´s) guiada por el incondicional amor a la música.

Ry Cooder: tras colaborar con gente como Taj Mahal, Captain Beefheart, su colega Randy Newman y, cómo no, los Stones, en 1970 ve la luz el primer y homónimo trabajo del guitarrista californiano. Un recorrido lleno de blues por caminos y carreteras de grava en compañía de músicos como Chris Ethridge o los little feat Ritchie Hayward y Roy Estrada (de hecho la inicial "Alimony" encajaría sin problemas en Sailin´ Shoes). Composiciones de Woody Guthrie ("Do Re Mi"), Blind Willie Johnson (la sensacional versión instrumental de "Dark Is The Night" que cierra el álbum) o el ya mencionado Randy Newman (una "My Old Kentucky Home" que ese mismo año aparecía en el disco del autor de "Short People", 12 Songs donde a su vez participaba el propio Cooder) comparten espacio con el original "Available Space". Un trabajo con olor a habitación de motel destartalado y sabor a polvo en la garganta que desprende feeling por los cuatro costados; y quien no se lo crea tan solo tiene que pinchar cortes como "Police Dog Blues" o "How Can A Poor Man Stand Such Times And Live?".


Into The Purple Valley: al comienzo de la película de Hal Ashby Bound For Glory, aquí titulada Esta Tierra Es Mi Tierra, una tormenta de arena (estamos en los años de las grandes sequías del Dust Bowl) amenaza el hogar de un pintor de carteles de nombre Woody Guthrie quien tomará la decisión de abandonar las baldías tierras de Tejas en busca de un futuro mejor en los verdes y soleados campos californianos. Ese éxodo, que emprenderían muchos otros, es la inspiración para el que supuso el segundo álbum de Ry Cooder. Un ejercicio, producido por Lenny Waronker y Jim Dickinson, de recuperación de las canciones que pusieran banda sonora a ese viaje. Viaje que se inicia al son de "How Can You Keep Moving (Unless You Migrate Too)" y termina precisamente con el oscuro "Vigilante Man" del propio Guthrie. Entre medias, magistrales relecturas del "Hey Porter" de Johnny Cash, el "Money Honey" que popularizara Elvis 16 años atrás o el aroma tropical de "F.D.R. In Trinidad" para un disco donde la slide y la mandolina de nuestro protagonista nos invitan a patear el suelo mientras seguimos su sincopado ritmo.

martes, 3 de julio de 2012

SOUND OF LIES


A pesar de que hoy en día Mark Olson reconozca que de encontrarse de nuevo en una situación semejante actuaría de forma diferente, el hecho es que en 1996 tomaba la decisión de abandonar la hasta entonces banda de su vida, The Jayhawks y aunque seguro que muchos fans hubieran preferido que la aventura se acabase ahí, Gary Louris tomó la decisión de seguir adelante. Así, un año después veía la luz Sound Of Lies el cual, menuda sorpresa, no satisfizo a gran parte de los seguidores de los de Minneapolis (los fans son/somos egoistas y pensamos que los artistas deben responder a la imagen que de ellos nos formamos en la cabeza, imagen que por supuesto creemos "definitiva").

Sin Olson a su lado Louris se convirte en el motor creativo (con la puntual -y capital- aportación de Marc Perlman que coescribe varios temas, así como del por aquella nuevo batería Tim O'Reagan quien firma en solitario "Bottomless Cup") entregando un trabajo que por fuerza tenía que sonar distinto. Melancólico e introspectivo, a veces incluso oscuro, Sound Of Lies, digámoslo ya, es una obra maestra, el trabajo más ambicioso y sofisticado que jamás hubieran entregado. Canciones que se retuercen y doblan sobre sí mismas alargándose hasta el infinito ("Haywire", "Dying OnThe Vine") conviven con frágiles miniaturas como el tema homónimo; con la ayuda del coproductor Brian Paulson no temen experimentar en el estudio ("Poor Little Fish") mientras abigarrados arreglos de mellotron y cuerdas (esos violines sobre los que se mece "Stick In The Mud") zozobran entre la energía de unas abrasadoras guitarras ("Big Star").

Sí, Sound Of Lies, sonaba distinto...era distinto, pero lo que no cambiaba eran esas melodías deslizándose por un tobogán ("Think About It") y la belleza insondable, cojamos al azar "Trouble" o "It´s Up To You", atravesando unas canciones llenas de sueños rotos y paraísos perdidos, de amargas súplicas y apuestas que salieron mal.